Sociedad Y Cultura En La Antigua Mesopotamia - Klima Josef

(alangleds1) #1

Golfo Pérsico; según la más reciente teoría de S. N. Kramer, se
trataría más bien de la cuenca del Indo. Sobre esto, véase la
pág. 23), en un principio el país donde no existían ni el dolor
ni la muerte, de floreciente economía y regado con frescas
aguas. Los protagonistas del mito son: En Ai, dios de las aguas y
de la sabiduría y la diosa Ninkbursag (4a madre de la tierra»),
fecundada por éste. Después de nueve días Ninkbursag
alumbró sin dolor a la diosa Ninsar; con ella procreó Enki a la
diosa N inkur y con esta última a Uttu, la diosa de las plantas.
En cada ocasión el alumbramiento tiene lugar después de
nueve días y sin dolor. La diosa Uttu fu e advertida por su bisa­
buela para que no accediese a los deseos de Enki antes de haber
recibido de él pepinos, manzanas y uvas. Enki le hizo en efecto
estos regalos, pero no tuvo descendencia de su unión con ella.
Ninkhursag hizo entonces que de la si niente de Enki nacieran
ocho plantas. Enki ordenó a Isimud, su mensajero, que reco­
lectara y le llevara estas plantas, que comió más tarde. Cometió
con esto un grave pecado y Ninkhursag desapareció de la
reunión de los dioses tras haberle lanzado la maldición de la
muerte. Enki, cuya salud comenzaba ya a debilitarse, lloroso y
doliente, rogó a Enlil que buscara a Ninkhursag y la llevara
hasta allí: Enlil, con la ayuda de un zorro, consiguió encontrar
a Ninkhursag y llevarla con él de nuevo. Sentándose junto a
Enki, Ninkhursag le preguntó ocho veces seguidas qué parte de
su cuerpo le dolía. Enki fu e mencionando un órgano tras otro y
Ninkhursag le fu e anunciando el nacimiento de ocho dioses de
la medicina, que sanarían cada uno de ellos uno de sus ocho ór­
ganos enfermos. Finalmente, Enki determinó el destino de es­
tos ocho dioses, otorgándole al último de ellos el poder sobre
Tilmun.


El relato bíblico del diluvio tiene también un precedente en
el poema sumerio de Ziusudra, un piadoso monarca de la
ciudad de Shuruppak. Ziusudra es, pues, el prototipo sumerio
del héroe bíblico Noé. Del mito sumerio sólo conocemos la
parte contenida en los fragmentos hallados en Nippur. La ver­
sión acadia de este mito forma parte de la epopeya de Gilga-
mesh, de la que hablaremos más adelante con mayor deteni­
miento. En esta versión, el héroe del diluvio recibe el nombre
de Utanapishtim. En los fragmentos sumerios podemos des­
cubrir las más antiguas concepciones cosmogónicas. Se men­
cionan la creación del hombre, de los animales y de las plantas,
el origen divino del poder y la creación de las primeras civiliza­
ciones urbanas.

Por el fragmento sumerio de este mito sabemos que un dios,
cuyo nombre no está especificado (puede tratarse de An, de
Enki o bien de Enlil), optó por salvar a la humanidad de la
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