Sociedad Y Cultura En La Antigua Mesopotamia - Klima Josef

(alangleds1) #1

ma de canco cinegético, dedicada a la gloria del rey Tiglatpile-
ser I, al que presenta como «capturador» de sus enemigos, que
son designados «asnos de las montañas».
Llama también la atención dentro de este grupo de obras un
poema político que pretende justificar la inigualable crueldad
que supuso la destrucción de Babilonia por Senaquerib (véase
cap. III). Se describe en este escrito el juicio que le hicieron los
dioses a Marduk, el dios protector de Babilonia. El tribunal de
los dioses.aprueba los hechos de Senaquerib. También los sa­
cerdotes hicieron uso de un libelo contra Nabónido, en el que
se pone de manifiesto la amargura y la aversión sentida hacia
este monarca, por haber descuidado el culto a Marduk y haber
dado preferencia al dios Sin del lejano Kharran. Nabónido pa­
gó su «herejía» con la pérdida de su trono. Se alaba en esta obra
al rey persa Ciro como el soberano elegido por los dioses. Re­
sulta incluso característico y simbólico el que una de las últimas
creaciones de la literatura mesopotámica sirviera también a la
política de la cíase sacerdotal.


En la literatura mesopotámica se reflejan muy claramente las
relaciones sociales y la situación económica. En esta literatura
se encuentran las más sencillas y las más complejas formas de
toda una serie de géneros. Resulta difícil constatar el número
exacto de obras. Nuestros conocimientos de la literatura meso­
potámica no son. todavía en absoluto definitivos. Conocemos
tan sólo una parte de todas las creaciones, que vieron la luz a lo
largo de más de tres milenios en las cuencas del Eufrates y del
Tigris y en las regiones limítrofes.
Indicar tan sólo las obras principales o todos los géneros tra­
tados sobrepasaría el marco de este capítulo. Algunas de estas
obras han sido mencionadas ya en los capítulos precedentes
(por ejemplo, el «Almanaque del agricultor», en el capítulo
VIII, el «Día escolar» en el capítulo XV* etc.). En el capítulo
XII hemos aludido a la mayor parte de las obras jurídicas y, en
el capítulo precedente, a aquellas obras que versan sobre medi­
cina y ciencias naturales. Tampoco en estos casos nos ha sido
posible una exposición exhaustiva de ellas. La literatura meso­
potámica precisa una investigación minuciosa. Sería muy inte­
resante hacer una antología, que acercara al lector a una selec­
ción de las obras más características de las literaturas sumeria y
acadia.
Hemos intentado poner de relieve la gran influencia de las
concepciones religiosas en la literatura mesopotámica. Nuestra
intención era también mostrar cómo, ya desde los más antiguos
tiempos, la vida y el devenir, el amor y el odio, la paz y la ene­
mistad, la riqueza y la pobreza, han sido temas usuales en ías
creaciones literarias, del mismo modo que lo son en nuestros
días.
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