Sociedad Y Cultura En La Antigua Mesopotamia - Klima Josef

(alangleds1) #1

investigada— , no podemos pasar por alto los sorprendentes
paralelos que ofrece con los zigurats mesópotámicos. Esto re­
sulta tanto más comprensible si tenemos en cuenta que
Turang-Tepe no era ninguna localidad exclusiva, aislada y p e ­
culiar, sino que, como ya hemos indicado anteriormente, hay
monumentos similares que nos llevan a análogas compara­
ciones. Los arqueólogos soviéticos que descubrieron Altin-
Depe en el Turkmenistán comparan su terraza escalonada, que
ellos sitúan a finales del tercer milenio, con los zigurats súme­
nos, en los que también hace pensar la fachada decorada con
columnas. También el monumento de ladrillos sin cocer que el
arqueólogo francés J. M. Casal descubrió en Mundigak, en el
sur de Afganistán (Casal lo ha denominado «Monumetit Mas-
sif»), que data del mismo período, sugiere ideas semejantes.
Hay aquí también una plataforma escalonada con una serie de
muros de guarda situados uno al lado del otro y provistos de un
muro de defensa que descansa sobre una base pétrea3.


El descubridor de Turang-Tepe no parece inclinarse a atri­
buir a ninguna de estas terrazas elevadas, recientemente descu­
biertas, las mismas funciones que tenían los zigurats sumerios.
Basa esta postura negativa principalmente en el hecho de que
estas terrazas tienen cuando más sólo tres frentes (en Turang-
Tepe sólo ha sido dejada al descubierto la fachada anterior); el
cuarto frente del monumento se apoya sobre el declive de la co­
lina. Esta peculiaridad no se da nunca en los zigurats sumerios,
que se encuentran siempre situados sobre una llanura; Por ello,
Deshayes atribuye esta particularidad —al igual que el arqueó­
logo ruso .[V. Masson4— a las peculiares condiciones de la ar­
quitectura! local.
Tampoco los pequeños objetos encontrados en Turang-Tepe
y en las otras localidades donde se han efectuado excavaciones
carecen de interés. En Turang-Tepe se trata sobre todo de pe­
queñas columnas de piedra (Deshayes las denomina «colonnet-
tes»), de origen totalmente desconocido, que datan igualmen­
te de finales del tercer milenio y que, como supone Deshayes
por haber sido encontradas en la plataforma más elevada, esta-'
ban destinadas a los servicios sagrados del templo. En relación
con estos hallazgos salen nuevamente de la proscripción a la
que habían sido relegados por el olvido los objetos de oro des­
cubiertos en 1841 en un Tell cercano a Astrabad (identificado
más tarde con Turang-Tepe), a los que M. Rostovtzeff dio el
nombre, en 1920, de «Tesoro sumerio de Astrabad» (Journal of
Egyptian Archaeology VI, 1920, pp. 4-20). Y también los
nuevos hallazgos procedentes de las excavaciones efectuadas en

3 Cf. J. M. Casal, «Fouilles de Mundigak», 1975.
4 Cf. V. Masson, «Raskopki na Altin Depe v 1969 g-, Ashkhabad 1970.
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