Sociedad Y Cultura En La Antigua Mesopotamia - Klima Josef

(alangleds1) #1

portante por la luz que arrojó sobre el llamado problema de
Ebla: P. Matthiae encontró en la sala de palacio 2586, 44
tablillas de arcilla (incluidos los fragmentos), la mayor parte en
buen estado, procedentes del período entre el 2300 y el 2200, y
que constituyen documentos económicos y administrativos.
Gracias a este material se ha podido dar una respuesta fun­
damental a los siguientes puntos:
1 .—Definitivamente, se ha identificado a Ebla con Tell
Mardikh18.
2 .—La ciudad de Mari se encontraba sometida al poder de
Ebla en la llamada época paleoacadia, aunque no se ha
podido determinar de modo definitivo la forma exacta
de esta dependencia. En cualquier caso, Mari se hallaba
bajo el control político y la influencia económica de
Ebla (el poder y la importancia de Mari decrecieron
grandemente en la época paleoacadia, en el período
presargónico. Tras el sometimiento de Ebla por los re-
yesj de Akkad, volvió a ser una de las más poderosas
ciudades del Cercano Oriente).
3 .—Se han podido también investigar las peculiaridades
idiómáticas de estos documentos. Los de la época pro-
tosiria IIa fueron escritos en una lengua semita desco­
nocida para los descubridores de Ebla, que puede
incluirse en el grupo de las lenguas semitas del noroes­
te. Pettinato hace hincapié en su estrecho parentesco
con los dialectos cananeos, sobre todo con el fenicio y el
hebreo; por ello, define a esta lengua como «cananeo
antiguo» o «pr oto cananeo», decididamente con las
características de las más antiguas lenguas semitas del
noroeste. Como especial denominación para la lengua
de lestos documentos, sus descubridores han introduci-
do |el término «eblateo». Por otro lado, Pettinato ha lla­'I »•
mado la atención sobre el hecho de que el cananeo an­
tiguo se diferencia de la lengua acadia antigua (la más
antigua lengua semita del este) y de la amonta19.
AI mismo tiempo que la investigación lingüística se lleva a
cabo también la paleográfica. Por los rasgos de determinados
signos (SU, DA), así como por el uso habitual del prefijo b a
(en la forma verbal s u — b a — t i) se encuentran analogías


18 Basándose sobre todo en el documento TM 74 G 120, que condene una lista
de nombres de aquellas personas que pueden considerarse habitantes de
Ebla (Pettinato, Orientaba 44, 1975, 366). Algunos documentos mencionan
el nombre! de Ibbí-Sipis, rey (malikum) de Ebla, cuyo nombre significa «el
dios Sipis ha convocado» — Sipis es el dios solar de Ebla, análogo al meso-
potamio Saniasy, al ugarita spí\ (véase Pettinato, I.c., 366).
19 Pettinato compara la relación existente del «cananeo antiguo» con el fenicio
o el hebreo a la existente al comienzo de la Edad Media entre el latín y el
francés o el italiano que estaban formándose (Cf. Hruska, Novy Orient 33,
1978, págl 146).
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