con los textos de Shuruppak y de Abü Salábikh. Parece pues
muy probable, como se pone también de manifiesto por la
adopción de la escritura cuneiforme, que en la segunda mitad
del tercer milenio se infiltró la civilización sumeria mucho más
allá de las regiones sirias del Habur y del Eufrates medio, lle
gando hasta el centro del norte de Siria, Ebla, donde, al igual
que en otras regiones semitas, tuvo que ser adaptada a la len
gua local.
La mayor sorpresa la proporcionó Ebla en los años 1975 y
1976, y, por cierto, no sólo a los excavadores, sino a todos los
orientalistas y al gran público interesado en el pasado de la so
ciedad y la cultura del Cercano Oriente. En el año 1975 los ar
queólogos hicieron en Ebla su mayor descubrimiento: en dos
salas, fuera del centro de palacio, se encontraron más de
14.000 tablillas de arcilla, en la sala de archivo L 2769, y unas
450 tablillas en las proximidades del vestíbulo L 2875. El últi
mo hallazgo de tablillas del que han informado los excavadores
tuvo lugar en el año 1976, en el que se sacaron a la luz otras
1.600 tablillas aproximadamente (salas L 2764 y 2712). N atu
ralmente, con esto no se ha agotado todo el material escrito de
Ebla. Las excavaciones prosiguen20 y podemos contar para el fu
turo con nuevos hallazgos de inscripciones y documentos.
Resta aún ofrecer un cuadro de conjunto de los principales
tipos de tablillas, tal y como han sido señalados por G. Pettina
to. La verdadera elaboración y edición de estos textos durará
aún largo tiempo (como sucede, por ejemplo, con los de Mari),
y la colaboración de asiriólogos y sumerióíogos, para la que
existe ya una amplia base con la fundación del «Comité inter
nacional de Ebla», es extremadamente necesaria y será muy
bien recibida. En el archivo de palacio de Ebla, encontramos
pues las siguientes clases de textos:
1 .—Entre los textos literarios, existen composiciones mí
ticas y épicas, himnos a los diversos dioses del panteón
de Ebla21, numerosas series de conjuros y colecciones de
refranes.
2 .—Entre los textos históricos (en el más amplio sentido de
la palabra), se encuentran muchos edictos y decretos de
los soberanos, su correspondencia oficial (una de estas
cartas es un informe sobre una campaña guerrera), e
20 Según el informe de P. Matthiae (CRAI 1978, 204), la campaña de excava
ciones de 1977 proporcionó dos inscripciones especialmente notables: una de
Khefrén, el cuarto faraón de la IV dinastía, y otra de Pepi I, el tercer faraón de
la VI dinastía, contemporáneo de Sargón I o de Naramsin; véase P. Matthiae,
Rendic. d. Pontif. Acad. Rom. di Archeologia 48, 1975-76, 19-45.
21 Entre ellos se encuentran deidades semitas como Ishtar (así, por ejemplo, la
estatua de Ibbit-Lim anteriormente mencionada estaba consagrada a esta
diosa). Samas (en la forma ya indicada de Sipis, Adad, Dagan, etc.), así co
mo divinidades hurritas.