Sociedad Y Cultura En La Antigua Mesopotamia - Klima Josef

(alangleds1) #1

merosos comerciantes extranjeros que visitaban Mesopotamia.
Desde finales del segundo milenio antes de nuestra era los
arameos ejercieron mayor influencia aún en Mesopotamia, es­
pecialmente en el terreno cultural. Desde sus colonias de Siria
y sus alrededores, se extendieron no sólo por Palestina, sino
también a lo largo del curso del Eufrates, hasta llegar a Meso-
potamiá. A mediados del primer milenio a. de C. se puede
hablar ya de una progresiva arameización del país. Finalmente,
el arameo acabó suplantando la lengua acadia, siendo incluso
sustituidas las típicas tablillas de barro por pergaminos y papi­
ros (véase cap. V).
Pero los arameos no fueron los últimos habitantes de la anti-
' gua Mesopotamia. Asiria fue saqueada por los medos que, con
la ayuda de los babilonios, conquistaron el país hacia'finales
del siglo VII a. de C. Los babilonios, libres ya de h dominación
asiria, vivieron un renacimiento que duró un siglo. Durante es­
te último siglo de independencia política de Babilonia tuvo lu­
gar una doble deportación de judíos desde Palestina. Babilonia
les ofreció el aspecto dé una enorme ciudad comercial y de un
mercado donde se encontraban y mezclaban miembros de las
más diversas razas y pueblos. El relato bíblico de la confusión
de las lenguas «bajo la Torre de Babel» corresponde pues exac­
tamente a la situación misma que los judíos vivieron aquí.
En el año 539 a. de C. los persas pusieron fin definitivamen­
te a la independencia babilónica. Pero la dominación persa en
Mesopotamia no supuso el exterminio de la población semita
autóctona sino su mezcla con el pueblo ario. Mesopotamia con­
tinuó atrayendo a otros pueblos por sus riquezas naturales y
por su enclave dentro del Cercano Oriente. Los persas retroce­
dieron ante el conquistador macedonio Alejandro Magno, que
entró en Babilonia con sus tropas griegas el año 331 a. de C. Su
prematura muerte le impidió hacer de Babilonia la metrópolis
de su imperio. Las disensiones de sus sucesores prepararon el
camino a los partos, que invadieron Mesopotamia desde la al­
tiplanicie irania' en el oeste. Sus divergencias con los persas
dieron lugar a una prueba de fuerza, en la que vencieron estos
últimos. Bajo la dinastía de los sasánidas, Babilonia fue nueva­
mente incorporada al reino persa. Sin embargo, las nuevas
fronteras no fueron muy seguras. Tanto romanos como bizanti­
nos se esforzaron, con cambiante fortuna, en romper el
poderío persa.


Los Á rabes en M esop otam ia.
El NACIMIENTO DEL IRAK

Por último, llegaron los árabes a esta región, desolada ya por
tantas guerras. En el año 637 d. de C., en este país de tan anti­
gua tradición semita, domina nuevamente un pueblo semita
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