Eridu.» En esta fuente se menciona como primer soberano a
Alulim, al que siguen otros nueve reyes de la época «anterior al
diluvio». Se conocen también otras listas de los primeros sobe
ranos que discrepan tanto en el número de estos reyes como en
los nombres de las ciudades en las que residieron. Berosio (véa
se p á g .ll)c ita nuevamente a diez reyes, mencionando a Alu-
Iím con el nombre griego de Aloros y señalando como su resi
dencia ya no Eridu, sino Babilonia. Del mismo modo que el
Génesis de Moisés, posterior en mil años como mínimo, inclu
ye una lista de los patriarcas, desde Adán hasta Noé, atribu
yéndole a cada uno de ellos una vida de varios siglos, también
en la lista sumeria de reyes el gobierno de los monarcas ante
riores al diluvio llega a durar incluso milenios. El último rey de
esta serie, Ziusudra, que gobernó en la ciudad de Shuruppak y
al que se presenta como el héroe del diluvio, es el precursor su
merio del bíblico Noé. De la época posterior al diluvio se men
ciona una serie de reyes legendarios, a cuyos respectivos gobier
nos se les atribuye una duración aproximada de cien años.
También en las epopeyas sumerias se menciona a alguno de es
tos soberanos. Por ejemplo, Etana, rey de Kish, que con su
vuelo sobre las alas de un águila puede considerarse el precur
sor de los griegos Dédalo e Icaro (véase lám. I). Dumuzi, rey de
Uruk, fue el amado de Inanna, la diosa del amor. Puede pasar
por el modelo del Adonis griego. Su sucesor en Uruk fue Gil
gamesh, la mayor figura legendaria de la antigüedad oriental
(véase cap. XVI).
El PERIODO PRES ARGON ICO: LAS PRIMERAS DINASTIAS
El primer rey que menciona la historia es Mesalim, que go
bernó hacia el año 2.600 en la ciudad de Kish. Gobernó tam
bién en las ciudades de Umma, Lagash y Adab, unificando así
gran parte de Sumer. Se le atribuye el primer juicio arbitral de
la historia humana: la solución del conflicto fronterizo entre
Lagash y Umma. Otros centros importantes de la vida de Su
mer fueron las ciudades de Lagash y Uruk. Hacia mitad del ter
cer milenio; Ur se convirtió en un importante centro de la vida
comercial y cultural sumeria. Esta época de florecimiento se
asocia al gobierno de la primera dinastía de Ur (véase cap. IV),
habiéndose buscado la confirmación de esta idea en los impre
sionantes hallazgos de la llamada necrópolis real de Ur (véase
Jám. XXXII y fig. 38). Existen también numerosos documen
tos escritos que atestiguan la extraordinaria importancia de Ur
en aquella época.
íí El auge de la ciudad de Lagash se debe sobre todo a Ur-
jhanshe y Akurgal, que no sólo se libraronjde la influencia de
Kish, sino que llegaron también a incluir esta ciudad dentro de
laiesfera de su poder. Lagash alcanzó su mayor desarrollo eco