antiguo pasan por ser la cuna de la mayor y la más antigua cul
tura de la historia de la humanidad. El interés del lector espa
ñol por esta cultura es muy natural, si tenemos en cuenta los
contactos y conflictos de su país con las influencias e invasiones
del Cercano Oriente, sobre todo, en el terreno cultural. Las in
vestigaciones sobre el antiguo Oriente se realizaron en la prác
tica mediante la colaboración internacional. La participación
de los científicm.£:lie£ns^enestasÁnvestigaciones no ha sido pe -
güeña. El lector español conoce va el nombre del fundador deT
Orientalismo checo, B. Hrozny, cuyo centenario se celeBra~eñ"
este año. Hrozny hizo accesible a los especialistas españoles su
reconocimiento de la pertenencia del hitita a las lenguas indo
europeas, al tratar detenidamente el problema hitita y su solu
ción en su obra «Las lenguas y los pueblos indoeuropeos» (en
colaboración con el filólogo P. Kretschmer, publicada en
Madrid por la Casa Editorial Hernando, en 1934), en «El Hiti-
ta: Historia y Progreso del desciframiento de sus Textos».
El valor, único en su género, de la cultura del Antiguo
OnenteTTaTnvestigacton de sús raíces, de su evolución, dé sus
relaciones con las regiones vecinas y, nrTejrmenor^mdofl'añca''
herencia que déjóTalüuestra propia cultura, despiertan cada vezI — '. I M - - I. II _ _ "
mavor interés^El alcancedeeste interés puede constatarse tam
bién en elLejano Oriente donde hoy día un número no despre
ciable de asiriólogos, sumeriólogos y arqueólogos japoneses
han obtenido notables frutos. En los Estados Unidos de Améri
ca, el estudio del Oriente antiguo forma parte dé una especiali
dad ya tradicional de las humanidades, que tiene su máximo
exponente en el Instituto Orientalista de Chicago. Mencione-
mosjinalm ente el continente europeo que. "arPiaber descifrado
\Qrotefend y Kawlinsoji la escritura cuneiforme, pasaporlef'la
primitiva cuna dFestas in vestigacio nesTaesde'fa primera mitad
del siglo XIX. El orientalismo antipuo lopra aquí cada vez ma
yores resultados, desde el este de Europa, donde los eruditos
soviéticos han sometido a un detenido análisis principalmente
las relaciones sociales y económicas de Mesopotamia, hasta los
países de la costa del Atlántico, donde el orientalismo antiguo
está establecido como una disciplina clásica.
La intención del autor es ofrecer una imagen de una de las
más importantes fuentes:.de la cultura humana, basandose~7n
sus disiTntas manifestaciones. Presentamos aquí, sobre todo,
una imagen del p aís, de sus habitantes y de lanaturaleza^,jun
to con un esbozo de su descubrimiento. Lo verdaderamente
'—"esencial de esta.,exposición radica en el aspecto sociaLy ecpná-
rnÁ£Sl^queelaut£r^en.su.condición,de..histonadozdeLd.er_£c,h£>^
ha podido investigarles los clocumentos origmales. Este punto
de vista ofrece nuevas posibilidades, permitiendo, así mismo,
una mayor comprensión de los diversos aspectos de la cultura
material y espiritual.
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