Cómo Exponer
La mayoría de las parejas son muy pobres en la resolución de conflictos. En mi libro
“Recuperar Mi Matrimonio” te doy una serie de técnicas diseñadas para enseñar a
resolver conflictos de una forma más saludable. Hoy, sólo voy a esbozar las normas
más básicas para la discusión. Habla de esto con tu pareja y estén de acuerdo en ello.
- El abuso y la violencia física no serán tolerados. Si las cosas se ponen
demasiado calientes, toma un descanso o da un paseo. - Evita echar culpas. En su lugar, hablen de cómo las acciones de tu pareja te han
hecho sentir. - Sea honesto. No discuta sobre una cosa si algo te está molestando.
- No tomes las cosas tan personalmente. Cuando alguien se siente mal, se
pueden decir o hacer cosas que lo hacen peor. - Concéntrate en la solución del problema, no en ganar la discusión. Piensa en la
negociación, no en la competencia. - Si tu cónyuge no ha comprendido tus motivos o ha mal entendido lo que dijiste,
no te enfades. Explícate mejor. - No saquen a la luz acontecimientos del pasado que hacen daño. Estancia en el
presente. - No se vayan a dormir en una discusión.
- No insulten.
- Una vez que un argumento se ha resuelto, perdonen y olviden.
El Veneno Silencioso: El Resentimiento
Cuando duele montones lastimar, es fácil sentir como tú y tu cónyuge están en una
competencia donde cuánto más daño se puede hacer a la otra persona, más puntos se
consiguen. Esta es una forma peligrosa y mortal de pensar en los conflictos. A medida
que tu matrimonio tiende a desmoronarse, tú comenzarás a sentirte más cómodo
pensando acerca de tu cónyuge en términos de resentimiento, de culpa, y de
decepción en lugar de en términos de amor, de perdón y de trabajo en equipo.