tenden afirmar que lo que ellos dicen es la voluntad de Dios solo
porque se llamen iglesia. Pero la verdad no es lo que parece sino lo
que es, no es el traje de cardenal lo que hace a un hombre justo sino
su voluntad. Esas organizaciones saben que les queda poco tiempo
pues cuando el hombre comprenda que no las necesita para comuni-
carse con Dios estas desaparecerán, porque nadie tiene derecho a au-
toproclamarse representante de Dios, puesto que eso es una blasfe-
mia al equipararse con él, y el papa de la iglesia católica lo hizo,
cuando se proclamó infalible.
Lo cierto es que en el futuro ya no serán necesarias tales organiza-
ciones, pues las enseñanzas religiosas se harán en las escuelas y esa
organizaciones que se sirven de la supuesta representación de Dios
para conseguir el poder de forma ilícita tendrán que desaparecer,
porque hay mucha diferencia entre apariencia y realidad y muchos
tratan de beneficiarse de esa diferencia a costa de los ciudadanos.
El hombre no necesita de intermediarios para comunicarse con Dios
pues Dios es la verdad y la luz y a ella se puede llegar por uno mis-
mo, no tiene por qué existir nadie que pretenda considerar exclusiva
la supuesta representación de Dios.
Es necesario protegerse sobre todo de esas organizaciones que pre-
sumen de ser más religiosas que los demás pero que esconden el mal
en su seno, como por ejemplo los integristas islámicos, que quieren
entregar el poder político a los religiosos para crear una dictadura
dirigida por ellos. También los Testigos de Jehová, los Amish o los
Judíos extremistas. Estas organizaciones están dirigidas por cúpulas
formadas por un reducido número de personas que de forma dictato-
rial pretenden condicionar la vida de sus seguidores, a ellos no les
preocupa hacer el bien, solo les interesa ejercer el poder mantenien-
do costumbres atrasadas y negando a sus seguidores el derecho a la
libertad de pensamiento o acción.
También son falsos profetas muchos de los escritores de lo paranor-
mal o del espiritualismo, pues fingen estar en contacto con entidades
superiores o extraterrestres sin ser cierto, provocan con ello el des-
crédito de los que dicen la verdad, ellos no tienen el valor de defen-
der sus ideas abiertamente dejando al lector la posibilidad de opinar
antonio.p
(Antonio.P)
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