de un filósofo se trastocarían y se verían deformadas y equivocadas,
pues la honestidad permite valorar las circunstancias en su justa me-
dida. En cualquier caso, solo cuando se adquiere ese estado de pos-
tración y distancia es posible conseguir la sensibilidad necesaria
como para trascender del tiempo y lugar y ver las cosas con la pers-
pectiva suficiente como para ser un verdadero innovador ante el res-
to de los ciudadanos.
Debido a las especiales exigencias que tiene la filosofía para poderse
desarrollar, como son la concentración o la intimidad, es la ciencia
menos evolucionada de todas en la actualidad y por esto es la que
más tendrá que avanzar en los siglos venideros.
LA INSPIRACIÓN DIVINA
Mucha gente se pregunta, ¿qué es eso que se denomina inspiración
divina y que comúnmente se atribuye a los grandes precursores de
las religiones como Buda, Cristo o Mahoma, procede de entidades
superiores o extraterrestres? Eso, aunque puede ser cierto, no tiene
por qué ser así necesariamente, pues un hombre puede encontrar la
verdad a través de su propia búsqueda, puede encontrar la inspira-
ción por su propio esfuerzo, es como si a través de las nubes de tor-
menta viera la luz clara que le marca el camino, y para conseguirlo
no es necesario más que su propio empeño, pues al fin y al cabo la
correcta definición de Dios es la luz de la verdad y quien descubre la
verdad descubre a Dios. Uno puede llegar a ella por sí mismo o a
través de la ayuda de otros, pero no tiene por qué ser así necesaria-
mente, por eso cuando se habla de seres divinos, lo correcto es decir
seres con ideas divinas, pues un hombre es limitado, lo divino es la
verdad que nos transmite.
LA NATURALEZA DEL ESPÍRITU
Otra pregunta habitual es ¿por qué si tenemos un espíritu que tiene
vida eterna, no podemos recordar nada sobre él o nuestras vidas pa-
sadas? La respuesta es muy sencilla, porque del mismo modo que