también lo sea, y quien cometa un crimen de forma premeditada
pierda el derecho a decidir sobre su vida permaneciendo en prisión
el resto de ella en justo pago, porque con el demonio no se negocia
al demonio se le destruye, toda actitud titubeante ante los criminales
favorece que estos la utilicen para crecerse. Ningún delito debe tener
el silencio como respuesta del estado como ocurre en las falsas de-
mocracias, pues es muy común en ellas que un delincuente sume
cientos de denuncias antes de que se tome alguna medida para solu-
cionarlo. También es correcto exigir que los presos trabajen con el
fin de devolver a la sociedad los gastos que hayan ocasionado. Hay
quien afirma que la sociedad tiene una parte de la responsabilidad en
la delincuencia, pero aunque eso fuera cierto no justifica que por ello
se deje a los criminales sin castigo. Todo delito debe tener una res-
puesta justa del estado que sirva para que no se repita y no la actitud
pasiva y cómplice que se da en muchas ocasiones. También es la-
mentable que existan gobiernos en el mundo que se dedican a crear
leyes para permitir que los ladrones salgan de las cárceles tras cum-
plir solo una pena mínima por los delitos cometidos y sin que tengan
obligación de devolver lo robado, incluso tratándose de grandes su-
mas de dinero. Es indudable que cuando crean esas leyes antisocia-
les a quienes piensan beneficiar es ante todo a sí mismos en el caso
de ser detenidos por corrupción.
MORAL
Es necesario aceptar que la vida del espíritu es eterna y la vida solo
es un proceso cíclico por el cual el espíritu se reencarna de forma
sucesiva en el cuerpo, pues solo el cuerpo es débil y mortal, el espí-
ritu es fuerte e inmortal. Además toda sociedad evolucionada tiene
que considerar la formación moral como primordial, para poder pro-
gresar, por ello debería ser una asignatura fundamental en los cole-
gios, pero libre de la influencia de sectas y organizaciones religiosas.
Lo mejor sería que esté organizada por el ministerio de educación y
los padres de alumnos.