39 LA MEDITACIÓN
Hay quien piensa, que para poder meditar de forma eficaz es
necesario adoptar complicadas posturas o rodearse de extraños
objetos, pero en mi opinión lo único que hace falta es encontrarse
en la situación que cada uno considere más cómoda y por
supuesto disponer de tiempo y la tranquilidad necesaria para
poderse concentrar. Otros piensan que es necesario acudir a
monasterios o sitios similares, pero eso es la consecuencia de no
comprender que el viaje de un filósofo es mental y no físico,
además, esos lugares están por lo general influidos por energías
negativas al depender de las organizaciones religiosas. Esto se
debe a que estas organizaciones se sirven del dogma como excusa
para impedir la libertad de pensamiento que es justo lo contrario
que necesita un filósofo.
También considero más útiles los días de lluvia que los de sol,
puesto que la lluvia produce un efecto relajante que facilita la
concentración, además, desde un punto de vista metafísico la
lluvia está emparentada con la filosofía que es la esencia de la
meditación. Cuando llueve o hay nubes el cielo se llena de luz
blanca, este color es ideal para meditar porque representa la
justicia y el equilibrio de los valores universales al tener la
proporción correcta de todos los colores, por eso, nos ayuda a
comprender mejor el verdadero valor de cada cosa. Después del
color blanco el mejor color para meditar es el azul, porque es el
que representa la serenidad y los valores espirituales.
El sol está más emparentado con la materia y la realización
práctica de las cosas, y la lluvia o el agua están más relacionadas
con el espíritu y el análisis teórico del mundo que nos rodea,
ambos nos pueden proporcionar felicidad por igual, pero cada uno
de forma diferente. Los días de sol son perfectos para realizar los
sueños que tenemos previstos hacer y los días de lluvia son
perfectos para diseñar esos sueños y comprender la esencia de la