En mi opinión, creer que los espíritus pueden interferir en la vida
humana de forma significativa cuando y como nosotros queramos
no es más que un mito, en primer lugar porque para poder
intervenir de forma eficaz en la materia, es necesario tener un
cuerpo material y eso ya no lo tienen. En segundo lugar, porque si
eso fuera cierto, entonces ningún personaje público como los
políticos o los actores llegaría nunca a la vejez, porque todos
morirían jóvenes como consecuencia de los encantamientos o
maleficios hechos contra ellos.
Lo normal es que los espíritus de los fallecidos no tengan la
capacidad de intervenir el mundo de los vivos excepto en
situaciones excepcionales o accidentales, pero, incluso cuando eso
ocurre, no significa que vayan a favorecer nuestros intereses solo
porque nosotros se lo pidamos, porque en ese mundo, igual que
en el nuestro, existen leyes que hay que cumplir y creer que
aquello que les pidamos no nos va a perjudicar solo porque son
seres de otra dimensión es una creencia ingenua. Porque solo las
personas mezquinas y que han perdido el rumbo creen que es
suficiente con realizar vulgares sacrificios y esos espíritus se
plegarán a nuestros deseos. Ellos piensan ingenuamente que de
esa forma podrán agradar a los supuestos demonios, pero no
comprenden que los demonios no existen porque lo único que
existe son los espíritus degenerados a los que esos sacrificios no
les sirven para nada.
Esos espíritus que se muestran interesados en pactar son por lo
general seres materialistas que perdieron su cuerpo a veces de
forma anticipada y sienten envidia de los vivos, por eso, intentan
rondar las viviendas o tratan de robar los cuerpos aunque sea de
forma momentánea para revivir así su anterior existencia y no
dudan en mentir ofreciendo aquello que no pueden dar solo con el
fin de que sus víctimas les permitan simular una vida humana que
no tienen. Estos espíritus no son malignos por su naturaleza sino
por su actitud, porque en el universo ningún espíritu es malo de
antonio.p
(Antonio.P)
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