seguir hacia adelante en el mundo espiritual para completar las
fases necesarias hasta que llegue el momento de una nueva
reencarnación. Pero aquellos que antes de morir se negaban a
aceptar la vida después de la muerte o la reencarnación, cuando
esta se produce se sienten desconcertados y no saben qué hacer
ante la nueva situación, por eso, a veces, intentan volver a la vida
humana por el camino equivocado que es intentando robar el
cuerpo a alguien. Después de la muerte del cuerpo, los espíritus
comienzan una etapa diferente pero temporal, en la que se trabaja
para aplicar aquellas modificaciones genéticas que consideren
según sus recuerdos que sus cuerpos pudieran necesitar para vivir
mejor. La mayoría de los espíritus dedica a ello solo el
equivalente al quince por ciento de una vida humana como
máximo, pero aquellos espíritus que hayan sido designados para
la función de coordinación y estudio de las mejoras genéticas
pueden dedicar el equivalente de toda una vida humana antes de
reencarnarse de nuevo. La decisión de quien se tiene que dedicar
a esta tarea no depende de una decisión arbitraria sino que es
rotatoria, porque no debemos olvidar que aunque no nos
acordemos durante nuestra vida existe otra vida mayor que es la
vida del espíritu y del mismo modo que durante la vida vamos
aprendiendo experiencias y realizando funciones diferentes
después de morir cambiamos de fase y se activan los recuerdos de
la vida espiritual. En esa función de mejora genética cada espíritu
solo se ocupa de una pequeña parte del trabajo de forma
especializada, para que así sea posible conseguir rápidamente un
resultado mejor. Esa tarea sería realizada en su mayor parte por
los espíritus más evolucionados, es decir por aquellos que se han
reencarnado primero en cada especie y en consecuencia tienen
más experiencia en ella. En el caso de la especie humana serían
aquellos que comenzaron a vivir como hombres en tiempos
prehistóricos. Estos espíritus evolucionados también habrían sido
antonio.p
(Antonio.P)
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