ENQNQLAB

(rjguadog) #1

por ahí mi apellido.


—¿No habría bastado una invitación a la cafetería? —preguntó Harlon—. No
necesito una reunión formal, Stevn. —Se preguntó a quién estaría llamando inútil.
«¿Al primo Emild Wellet-Cracksey?» Sí, era posible.
—Tú no, yo sí. A la cafetería del complejo llevo a sindicalistas, agricultores y
profesores de universidad. Los niños tienen cosas un poco más interesantes que
decir —afirmó mientras dejaba caer en un cenicero un poco de ceniza de su puro.
«Los niños».
Los niños. Era evidente que Harlon se sentía ofendido, pero él no siempre era
consciente de hasta qué punto los demás podían leer en su rostro su estado de ánimo.
Por ello, optó por sobreactuar.
—¿Los niños? ¡Qué ultraje, Stevn! ¿Por quién me tomas? No solo no llamaste,
ni enviaste carta alguna expresando tu dolor o, al menos, tus condolencias... ¡La
muerte de tu hermano no significa nada para ti!
—Cálmate, Harlin —pidió Cherry mientras descruzaba deliberadamente las
piernas—. Juzgas con demasiada ligereza a tu tío. Te aseguró que Stevn consideró
la muerte de Gorgos muy relevante.
—Exactamente —ratificó el presidente—. Lo que no significaba nada para mí
era su vida.


Melibia y los dos infantes habían tomado asiento en uno de los laterales de la
mesa. Contemplaban la escena con una mezcla de confusión y sorpresa. El detective
no les había concedido revelación alguna sobre sus verdaderas intenciones en
Jouleburg.
—¿Tan importantes somos nosotros, señor Cracksey? —preguntó con
curiosidad Ana, señalándose a sí y a Roberto. Con curiosidad y con preocupación,
ya que algo iba mal en el mundo si alguien como ese chico era importante. Con
curiosidad, con preocupación y con esperanza, pues cada vez estaba más cerca de
ser ciudadana del mundo del interior de la tostadora.
—¡Lo sabe! —concluyó vehemente Melibia, acompañando su exclamación
con un jadeo filosófico—. ¡Usted conoce la procedencia de Ana y Roberto!
El gobernante contuvo la risa.

Free download pdf