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(rjguadog) #1
ese cuerpo de veintiséis años, pero no muy distinto del que había tenido con la mitad
de esa edad, era el eructo espontáneo tras un largo trago de cerveza tostada. Incluso
había comenzado a albergar dudas sobre esa espontaneidad.
—Sí, Cherissa. Es mucho lo que piden, pero lo tendrán —dijo tranquilamente
el presidente, sin reflexionar ni negociar. Los gestos de satisfacción que observó le
indicaron que sus visitantes no estaban muy familiarizados con el concepto político
de prometer—. Después de hacer una cosilla por nosotros.
—¿De qué se trata? —preguntó Harlon con temor. Una cosa era no poder vivir
sin conocer sus orígenes y otra cosa muy distinta era arriesgar la vida por ello.

Cornelia Phi... Cornelia Cracksey abrió por la sección de sucesos el periódico
de mayor tirada de El Valle: Diario Derecha. El término Derecha hacía referencia
a la margen Derecha del río Chromel, nunca a una tendencia política. Los únicos
adverbios de lugar que se empleaban como etiquetas ideológicas eran dentro y
fuera, que provenían de un período de revolución en el interior de la tostadora^24.
—Dos homicidios más... en el Quantum Express —leyó la primera dama ante
la sorpresa de Harlon y Roberto. Una sorpresa particularmente sorprendente si
tenemos en cuenta que ellos fueron conscientes de esas muertes. De hecho,
resolvieron el caso, aunque lo resolvieran mal—. No ha sido algo aislado,
señores. Esta mañana, en extrañas circunstancias, murió... una profesora
dedicada al problema filosófico de lo absurdo de la existencia.
—¿Sabes si en sus últimas palabras abordó el problema existencial de lo
absurdo de la filosofía? —comentó mordazmente Cherry.
—En los cuatro últimos días —continuó Cornelia—, a lo largo y ancho de El
Valle... se han registrado... veinticinco presuntas muertes por presunto
homicidio, presuntamente sin violencia.
—Cerca de Hertzig —intervino Ana—, de donde venimos, mataron a un
jubilado y veterano de guerra, Antón Lieja.
La niña iba a añadir que se trataba de su abuelito, pero se detuvo al recordar
que los policías hertzigueros, en una actuación muy profesional y prescindiendo de

(^)
(^24) Los que querían cambiar las cosas estaban dentro de un horno crematorio (y viceversa); los que
pensaban que las cosas estaban bastante bien como estaban, fuera del horno.

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