ENQNQLAB

(rjguadog) #1
—¿No notas un olor extraño? —preguntó Inés en la intimidad de su alcoba.
—Huele a sexo, muñeca. Y a tabaco, sí.
Pero era extraño que el sexo tuviera tanto en común con los derivados de azufre
que se añadían al propano.
Ya extinguido el segundo cigarrillo del fontanero, el «psicópata brillante»
únicamente brillaba por su ausencia. Llevaba tiempo en casa; ¿por qué no iba a ver
a su mujer? ¿Acaso no la amaba? Inés iba a cantarle las cuarenta en cuanto superara
su enfado por la infidelidad. Por el momento, no obstante, la mujer tenía intención
de comenzar el tercer asalto, pero su querido prefirió otro cigarro. A ella no le gustó
que se saltara el paso previo: hay que hacer las cosas en el debido orden.
—Pues creo que ya soy un fumador compulsivo. —Se puso el filtro en la boca.
Tanteó la mesilla con la mano hasta que dio con su encendedor—. Debería dejar el
tabaco un día de estos...
En un movimiento lento pero inteligente, inteligente pero lento, la esposa de
Doctor se aproximó a la ventana del dormitorio. En primer lugar, plegó las cortinas
hacia los lados.
Para estar a principios de mayo, podía decirse que había mucha gente en la playa.
Aunque algunos se bañaban en el Mediterráneo, la mayoría paseaba con calma por
la orilla. Cualquier otro día, la mujer habría pensado que visualizaba un paisaje
tranquilizador para cualquier persona sin enoclofobia. En ese momento, pensó que
tal paisaje debía de ser tranquilizador para cualquier persona sin enoclofobia que
no estuviera a punto de morir.
Inés asió el picaporte de la ventana, dispuesta a abrirla, pero era demasiado tarde
para ella. Sus pupilas se dilataron. Su mirada se fijó extrañamente en una mujer y
un niño que, muy probablemente, era su hijo. ¡Bonita imagen para quedar impresa
en su retina!^4
El fontanero accionó su mechero.

—Roberto, ¡tenemos que seguir andando! —exigió la madre—. ¿Acaso quieres
terminar el día con superávit energético?
El pequeño Roberto se había detenido ante una grafía en la arena. Dos
antropónimos, «Carlos» y «Beatriz», estaban separados por un corazón dibujado

(^)
(^4) En realidad, tal creencia no se ha probado, pero Inés no lo sabía.

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