¿Qué había ocurrido después de que Ana bajara la palanca de la tostadora?
Sencillamente, una compresión mecanocuántica atómica de emisión infravioleta-
ultrarroja de alta resolución. Cada niño había entrado en una ranura de la cesta,
disfrutando del efecto Joule en todo su esplendor. Millones, millardos, billones de
electrones comenzaron a recorrer los alambres de metal conductor, chocando torpe
y graciosamente con átomos de níquel, cromo y otros elementos. El rapidísimo baile
de las partículas subatómicas disipó energía en forma de calor, provocando en los
infantes quemaduras leves. Durante un par de días, estaban condenados a parecer
turistas ingleses gravemente desinformados en Alicante^8.
—Pero, mujer, ¡te aseguro que yo no he plantado nada raro! —insistió
Eustrobio—. No conozco ninguna forma de cosechar niños... aparte de cierto
protocolo que, por cierto, llevamos mucho tiempo sin practicar.
El agricultor se preparó para una nueva reprimenda de su mujer, pero el
erguimiento de la niña pareció sorprender a ambos.Ana se desperezó y comprobó que las quemaduras no eran nada grave. Un giro
de trescientos sesenta grados le dio una rápida visión del paisaje. Comprobó el brillo
de las barras incandescentes, los Nicralambres, y lo escarpado de las Montañas
Inalcanzables. Sabía que el olor a tostado desaparecería pronto, tan pronto como
su pituitaria amarilla quedara tan habituada como la de los tostarricenses. Se vio
en medio de un cultivo de botijos, lo cual no le suscitó sorpresa alguna, y divisó
una casa aislada detrás de quienes seguramente serían los dueños del huerto.
—Buenas tardes —saludó la niña—. Esto es el mundo del interior de la
tostadora, ¿no es así?
Eustrobio y Márgara tenían la mandíbula en la posición más inferior posible. La
perplejidad no tardó en ceder amablemente el paso a la suspicacia.
—No sé de qué hablas, niña —dijo Márgara—. Esto es el mundo, punto. El
Valle. Te advierto de que hoy no estoy para tonterías.
—Ya veo. —Ana pensó en voz alta—. Dirk van Mulder relataba que la mayoría
de los habitantes de los mundos en el interior de electrodomésticos piensan que su
pequeño mundo es todo lo que hay. El tío Dirk lo llamaba electrodomesticentrismo.(^)
(^8) La desinformación incluye el desconocimiento de algo llamado loción solar y la elección de
Alicante como destino turístico.