ENQNQLAB

(rjguadog) #1
Roberto sintió que estaba aprendiendo muchas cosas, aunque se preguntó si esas
cosas serían útiles para encontrar su primer trabajo cuando tuviera treinta y cinco
años. Y si, en caso afirmativo, sería capaz de recordarlas.
Justo cuando alcanzaban el otro lado del río, Melibia se detuvo durante unos
segundos, creyendo haber visto algo raro. Un botijo había crecido muy próximo al
río, en solitario. Hecho extraño: al lado del río crecen juncos, no botijos. Los botijos,
para su correcto desarrollo, suelen requerir condiciones de baja humedad y escasa
población microbiana.
—Algo en ese botijo me da mala espina —confesó.
—¡Caray, Meli! —Ana ya trataba a su nueva amiga con más confianza que a
cualquier persona en el mundo exterior—. Se te debe haber pegado algo de Roberto.
¿Qué va a tener de raro un simple botijo? ¿Cámara incorporada? ¿Micrófono?
¿Aparato de locomoción retráctil? ¡Por favor!
—Lo sé, lo sé. Tienes razón. No puedo imaginar qué clase de imbécil haría una
especie de robot con forma de botijo.
—Cierto —asintió también Roberto—. La idea es tan absurda que deberíamos
ignorar el hecho de que se haya movido tres metros hacia atrás mientras
hablábamos.

Los tres jóvenes viajeros continuaron tranquilamente. Ya estaban al otro lado del
Chromel, pero tenían el presentimiento de que no sería la última vez que lo
cruzarían. La senda era franca y estaba bien señalizada, de modo que el único
problema de Roberto fue el calor y los únicos problemas de Ana fueron el calor y
Roberto.
—¿Vamos de camino al Bosque Prohibido? —Ana se había informado muy bien
sobre la geografía del valle. Sabía que Hertzig quedaba al otro lado de ese peligroso
lugar.
—Ahora se llama «Bosque No Recomendado»^11 —corrigió Melibia—. Un
senador pensó que el nombre anterior era un atentado contra la libertad de

(^)
(^11) El nombre propuesto y aprobado por votación unánime (de una persona) fue: «Bosque No
Recomendado Si Vas Sin La Compañía De Un Adulto Responsable». Pero se produjeron muchos
accidentes por los conductores que acababan de leer el cartel cuando ya era demasiado tarde para
percatarse de esa curva con visibilidad reducida.

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