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(rjguadog) #1

LA AZOTEA MÁGICA


Un hombre de edad avanzada se sentó en una de las sillas dispuestas en la azotea.
Era de baja estatura y frente arrugada, pero su cara emanaba bondad ante quien
tuviera cierta inteligencia emocional^12. Los Nicralambres proyectaban un reflejo
intensamente rojo sobre una cabeza ausente de pelo, a excepción de un par de zonas
grises por encima de las orejas. Vistiendo una camisa blanca muy típica, procedió
a tirar migas de pan tostado integral al suelo. Al impúber le pareció un
comportamiento estúpido: las palomas y demás pájaros de ciudad deben ganarse la
vida por ellos mismos, o serán dependientes siempre.
—¡Niños! —Pareció que el anciano se había percatado de que no estaba solo en
la azotea. Se levantó y se dirigió hacia Ana y Roberto.
Sin que nuestros pequeños amigos pudieran hacer nada por evitarlo, ese hombre
mayor les abordó y comenzó a contarles hechos, anécdotas y peripecias de la Gran
Guerra de Unificación, la guerra que unió al mundo bajo una sola bandera (en
realidad, la guerra que unificó al mundo del interior de la tostadora). Roberto
opinaba que esos hechos reales eran tremendamente aburridos, así que intentó
imaginar que lo que el señor le estaba contando era el argumento de alguna película
sobrevalorada, seguramente protagonizada por Kevin Costner.

El desencadenante de los sucesos narrados era la tregua acordada entre la
alcaldesa de Voltown, Linda Cordolç, y el Tercer Ejército Casi Libre, en Tesland.
Los rocecillos entre ambas ciudades se habían saldado con miles de muertos, pero
la alcaldesa no estaba en modo alguno autorizada para tomar decisiones de índole
militar. No tan relevantes, al menos. La adjudicación del Real Regimiento de
Voltown por el Concejo había enfurecido indescriptiblemente al difunto rey Julius
X. El monarca exigió a Cordolç la reanudación de la lucha con cartas, emisarios e
incluso llamadas a puerta fría («Hola, ¿tiene un minutito para que le cuente las
ventajas de invadir Tesland?»).
Los libros recogerían la negativa de la alcaldesa, pero esa negativa nunca existió.
Ella pensaba que el poder es la medida en que unas palabras tienen consecuencias.

(^)
(^12) Es decir, ante Ana.

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