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(rjguadog) #1

impedía al subinspector Grey revelar esa parte.


—Vale, vale, ya me imagino el resto —dijo el detective privado—. Aun así, no
me ha dicho cómo supieron que Lieja ha sido asesinado.


Una agente de policía que tendría aproximadamente la misma edad que
Harlon, vistiendo un uniforme algo distinto al del subinspector Grey, se acercó
a ellos. Había estado haciendo preguntas al conserje de la comunidad, retenido
en calidad de sospechoso.
La agente Pink tenía su cabello negro recogido con una llamativa cinta rosa.
—Justo cuando creíamos que ya podíamos irnos a casa y atiborrarnos de helado
de pistacho, recibimos una llamada de emergencia... realizada desde esta
urbanización. —Pink daba por hecho que el helado de pistacho era una afición
común a todo el mundo—. El conserje, nuestro informador, nos aseguró que se
trataba de un asesinato.
—Me están entrando ganas de echaros una mano con vuestro caso —comentó
pícaramente el joven Cracksey—. Salta a la vista que estabais esperando mi
aparición triunfal.
—¿Y tú quién eres? —preguntó Pink.
Él adoptó una pose ridículamente presuntuosa.


A Harlon le gustaban las mujeres y las motos. Esas aficiones tan excéntricas le
habían costado el desprecio de muchos en su época adolescente. Sus compañeros
se burlaban de él por preferir las motos y las mujeres a la filosofía idealista, a la
reproducción de los equinodermos y a todas esas cosas que les gustan a los hombres.
Pero supo sobreponerse y reafirmó su gusto por las motos y las mujeres. Y Pink era
una mujer. La observó de arriba a abajo, estimando sus medidas y comparando
subconscientemente sus proporciones con números tabulados por algún eunuco en
la Antigüedad. Determinó que estaba buena.
«¡Demonios, Harlon! No pienses ahora en números. Hay que reflexionar sobre
este caso». Y, finalmente, emitió su conjetura, haciendo hincapié en cada palabra,
desplazándose con largas zancadas de lado a lado y gesticulando con las manos:
—La persona que mató al presunto cadáver del muerto fallecido... bloqueó el
ascensor antes de huir, sabedor de que el Concejo de Hertzig no os paga lo suficiente
para pretender que subáis escaleras. Tengo la poderosa intuición de que el asesino

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