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(rjguadog) #1
la chaqueta, la víctima llevaba su medicación habitual: un analgésico soluble que,
según el prospecto, no debía ser combinado bajo concepto alguno con la ingesta de
alcohol.
No rechazó la ayuda del trabajador del tren, que hizo lo propio con Ediard
Wellet, en busca de alguna pista que pudiera establecer un vínculo entre ambas
víctimas. Y, de hecho, encontró otro medicamento, pero no encontró las palabras
para explicar a un niño la finalidad de aquel fármaco. No fue realmente necesario:
los adultos siempre llegan tarde^20.
—Ella padecía frecuentes dolores de cabeza, a él le perseguía la impotencia...
¡Ejem! No es muy arriesgado inferir que fue un suicidio, un suicidio motivado por
una vida sexual insatisfactoria.
¡Con qué audacia juega un obrero no cualificado a resolver casos complejos!
«¡Cuán atrevida es la ignorancia!», protestó Estafanía, con razón, en la mente del
infante. Y pensar en todo lo que había tenido que estudiar Roberto para llegar a ser
detective en prácticas...
—Se lo dije a un compañero suyo y se lo repito a usted —dijo con hartazgo un
pasajero que, al parecer, era el testigo más fiable—. Este hombre y su amante fueron
asesinados.
Roberto creyó al viajero. Iba a proferir un razonamiento que sonaría
abominable en su boca. Por ello, optó por dejar continuar al testigo:
—Casi todos estábamos embelesados con la película que ponían, Revende sin
cláusula: Montaje del director, reeditada en color y con extras. Yo era la excepción,
porque a mí siempre me ha parecido que Revende sin cláusula es mediocre, pero
tremendamente sobrevalorada por la repentina muerte de Jaimes Deen.
—Y porque es un icono de las transacciones comerciales en la juventud —
comentó el empleado.
—Por favor... El caso es que yo sentía más interés por la historia de esos dos.
Ediard era juez y estaba casado con una Cracksey, lo cual explica por qué se buscó
una amante pese a sus problemillas sexuales. Estafanía, considerablemente más

(^)
(^20) Es un hecho. No es cosa de estos-jóvenes-de-hoy, porque no es cosa de hoy. No es cosa de la
televisión, ni de internet, ni de malas influencias. Los adultos siempre llegan tarde, pero a nadie se
le ocurre pensar que es cosa de los adultos.

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