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(rjguadog) #1

LOS PATRIOTAS QUE NO AMABAN SU PATRIA


¡Afortunado aquel que nunca sueña con su pasado!, pues soñar con el pasado
es soñar con la parte del mismo que se desearía borrar. Los buenos momentos
solamente se recuerdan; los malos... los malos se reviven. Y al revivirlos, la
apariencia de las cosas percibidas, distorsionada no tanto por el olvido como por la
comprensión, acaso sea más próxima a las cosas en sí que en un principio^21.

Aquella noche, quienes habían ganado la guerra sin luchar en ella celebraban,
con evidente jolgorio, el buen tino que tuvieron al elegir nacer en la margen Derecha
del Chromel. Stevn Cracksey había invitado a toda su familia y a la judicatura
(valga la redundancia). Linda Cordolç, excelsamente maquillada, buscaba posibles
tránsfugas entre las filas del Partido Incompetente Corrupto, con la esperanza de
dar con algún hombre que no fuera incompetente. Más de doscientas personas
importantes habían recorrido muchas tostamillas hasta llegar a Jouleburg. Las dietas
que recibían no cubrían más de cinco comidas y siete taxis al día, así que
aprovecharon la fiesta para ponerse las botas.
No, no era una fiesta. O, al menos, no pretendía serlo. Era un sentido homenaje
al general Yorck Brunswick. El juez Wellet tuvo el bonito detalle de dejar de
cantar Quién se ha acostado con la hija del capitán cuando el féretro entró en el
salón, aunque no se subió los pantalones hasta enterarse de que una cámara lo
estaba grabando.
Cherry tampoco bebió en esa ocasión. La muchacha de trece años no dejaba de
importunar a Harlon con sus conclusiones sobre tal o cual invitado. Stevn ya había
advertido a su sobrino sobre lo difíciles de tratar que son las chicas en la
adolescencia. Y en la juventud. Y en la madurez. Y en la vejez. «Cuando creas que

(^)
(^21) Pero estas tribulaciones ya no sirven para ligar.

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