Raices Puertorriqueñas Historia de Añasco

(Anascopr) #1

a San Germán en la desembocadura del río Guaorabo, por orden del
visorrey Don Diego. Don Luis de Añasco se entregó a la agricultura; y
los demás guerreros se convirtieron en pobladores, escogiendo diversos
puntos de la isla.


Bibliografía
Coll y Toste, C. (1914). Boletín histórico de Puerto Rico. San Juan,
P.R.: Tip. Cantero,
Fernández & Com.Pp. 240-242.


San Germán
Reconstrucción de la Villa de Sotomayor (1512)
Al llegar a Puerto Rico el nuevo gobernador don Juan Cerón,
que venía en reemplazo de Juan Ponce de León, el 28 de noviembre de
1511, junto a don Miguel Díaz de Aux, le escribieron al Rey una carta
en la que le decían “Sería bien que el pueblo que destruyeron los indios
se volviera a poblar, llamándolo San Germán como lo propuso don
Diego Colón porque está en buen asiento”. La Real Cédula autorizando
la reconstrucción de la Villa de Sotomayor que incendiara los indios en
el mes de febrero de 1511, y aprobando a la vez que su nuevo
emplazamiento llevase el nombre de San Germán, como obsequio a
doña Germana de Foix, nueva esposa por razón de estado del Rey
Fernando en 1506, que don Diego Colón mandara aplicarle, aparece
expedida en Burgos el día 23 de febrero de 1512. Para el día 3 de
marzo de 1512, la Villa de San Germán era el embrión de un poblado
que debía establecerse, no en la región del actual Aguada, (donde
estaba la Villa de Sotomayor), sino en la región del Yagüeca. Para
enero de 1513, ya se había reconstruido la Villa de Sotomayor con el
nuevo nombre de San Germán, en el Valle del Guaorabo. El fundador
reconstructor de la Villa de San Germán lo fue Miguel Díaz. También
Miguel de Toro ha sido insistentemente mencionado como fundador.
Uno u otro, sólo fueron sus reconstructores.
La fundación de la Villa de San Germán se hizo en una sabana
próxima a las playas en donde desemboca el río Guaorabo, terreno
lindante con la estancia del capitán Luis de Añasco, por donde debía
irse a las minas, sin echarse a ver en tal fundación, las calidades que
convenía que se vieran para asegurar la permanencia de la villa en tal
sitio, o sea, no se tomaron en cuenta las condiciones topográficas del
terreno para favorecer la perpetuidad de la población en tal sitio. El
puerto en la desembocadura del río Guaorabo, se utilizó como puerto o
lugar de recalada de las embarcaciones, inmediatamente después de la
reerección de esta villa, razón por la cual se le denominó también
Aguada, según testimonio del cosmógrafo López de Velazco. Toda la

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