Politics and Civil Society in Cuba

(Axel Boer) #1

248 Chapter 11


contra la amenaza de estatización de la sociedad. Si bien Mussolini
gobernaba a través del Estado, Hitler lo hacia mediante el Partido. Sta-
lin, por su parte, sometió tanto al Estado como al Partido. Este último
parece ser nuestro caso, de modo que, en condiciones de totalitarismo,
desestatizar no significa gran cosa. Lo que le confiere a un Estado el
carácter totalitario es, en mi opinión, la omnipresencia del líder.


Pero, Espacio Laical no solo constata los cambios que se vienen
realizando en Cuba bajo la presidencia de Raúl Castro, sino que nos
dice cuál es la vía expedita para su implementación:


La mejor manera de ayudar a que los cambios sean posibles ha de ser
por medio de una actitud positiva encaminada a presentar propuestas
capaces de crear confianza política, así como a ensanchar y profundizar
los proyectos oficiales: para lo cual será necesario desechar esa actitud
habitual en muchos que se fundamenta en la mera crítica estéril.^3

Estas palabras, no por optimistas son menos autoritarias. La esteri-
lidad—y, más aun, la necesidad—de determinada crítica solo puede
derivarse del debate libre y plural mismo entre posturas diferentes.
Esto es algo que no debe regularse de un plumazo por decisión o
decreto, pero tampoco por llamados a la conciencia de la gente.


La libertad de expresión y, con ella, la libertad de crítica es consus-
tancial a la democracia de orientación liberal. Parece más sensato pre-
ocuparse primero porque estas libertades sean respetadas y sólo
después por el modo de ejercerlas. Condicionar la crítica es una de las
tantas formas de practicar la censura. Ya es suficiente con que—en ese
mismo socialismo en proceso de supuesta actualización—existan
comités censores en las editoriales del MINCULT^4 o se vigile continu-
amente por la policía informática el uso de la Internet. También se
habla de una cultura del debate en Cuba, pero, en rigor, el debate se
restringe a lo relacionado con la tendencia futura del socialismo



  1. Idem.

  2. Aunque el Ministro de Cultura lo ha negado públicamente en más de una ocasión, es
    un hecho que en la Editorial de Ciencias Sociales, por ejemplo, uno de estos equipos,
    encabezados por la estalinista Isabel Monal, decide qué se publica y qué no se publica en
    materia de ciencias sociales y humanísticas, dominio que, en honor a la verdad, excede
    ampliamente sus posibilidades teóricas.

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