Politics and Civil Society in Cuba

(Axel Boer) #1

Presente y futuro del pensamiento cubano 249


cubano, no hay otro tema que alcance una dimensión “pública”. Sin
embargo, es preciso aclarar que no se trata en propiedad de una con-
frontación de ideas o posiciones, sino de reflexiones catárticas y diálo-
gos sosos entre gente que comparte la misma postura ideológica, los
mismos principios, el mismo partido político, las mismas aspiraciones.
Tampoco se puede estar seguro de su carácter público si se tiene en
cuenta que se concentra en el restringido espacio que ofrece la sola
revista Temas, la cual, dicho sea de paso, no pública todo lo que allí se
expresa. Una excepción pudiera ser la revista Espacio Laical, pero es
notable el compromiso con la política oficial en su último número y el
llamado, como ya mostré, a contener la crítica.
La situación cubana actual recuerda a aquella segunda mitad de los
80, en la Unión Soviética, cuando un singular proceso denominado
Perestroika fracasó en el intento de renovar el socialismo. En 1989,
justo 100 años después de la Revolución Francesa, se derrumbó—
como es de todos conocido—el sistema socialista de la Europa del
Este. Aquella r estructuración o reconstrucción del socialismo traía
aparejada la glasnost, término de difícil traducción que alude a apertura,
a carácter público y que se llevó al castellano como «transparencia
informativa». Sin embargo, la glasnost no se reduce al tema de la infor-
mación, sino que alude más bien a una salida, a una apertura de la
esfera pública. «Glasnost» significa, de un solo golpe, libertad de expre-
sión y espacio público, es decir, libertad de expresión pública.
En Cuba se esperan nuevos “debates” masivos—lógicamente, ori-
entados desde arriba—no ya sobre economía, sino sobre política. Con
seguridad serán mucho más complejos, porque la falta de libertad nos
daña más que la carencia de alimentos. Hasta hoy el proyecto de actu-
alización del socialismo, como se le ha llamado a esa suerte de pere-
stroika tropical, solo ha presentado el tema. En el año 2007, el
presidente Raúl Castro abrió el juego: «Todos serán escuchados con
atención, coincidan o no con la opinión de la mayoría...No aspiramos
a la unanimidad, que suele resultar ficticia, en este (anteproyecto de
Ley sobre Seguridad Social—A.J.) o en cualquier otro tema».^5 Al cabo
de medio año volvió sobre el asunto en la Asamblea Nacional del
Free download pdf