Presente y futuro del pensamiento cubano 251
opinión pública no condicionada ni dirigida? ¿Por qué un derecho
inalienable del individuo tiene que esperar un decreto presidencial
para ser ejercido? Si hurgamos en la historia revolucionaria nos
remontaremos al año 1961 y, concretamente, a aquellas reuniones del
entonces presidente Osvaldo Dorticós y del entonces Primer Ministro
Fidel Castro con los intelectuales cubanos, en el teatro de la Biblioteca
Nacional. Vale la pena detenerse a examinar el discurso de clausura,
pronunciado por el Comandante en Jefe, porque considero que enci-
erra el criterio general de legitimación doctrinal y la patente de corso
sin la cual la vida en Cuba es, simplemente, un calvario. Palabras a los
intelectuales (1961) promovió la categoría de revolucionario por encima de
cualquier cualidad y valor humanos, y la Revolución la concibió como
la más grandiosa obra y la más alta forma de expresión posible. Luego,
reconoció al propio Fidel Castro como su artífice. Ese fue el
propósito expreso de aquél discurso y hay que decir que ante la “mon-
umentalidad” de semejante empresa los intelectuales se derrumbaron.
Jamás se han vuelto a erguir: al cabo de 50 años se encuentran exacta-
mente frente al mismo problema en que se centraron aquellas históri-
cas reuniones—a saber, la forma que el socialismo tomaría en
Cuba^10 —y tan doblegados como antes.^11
En manos de Raúl Castro está hoy esa segunda revolución que han
bautizado como «actualización de nuestro modelo socialista». Para que
pueda haber algún progreso en este sentido dicho modelo tendría que
ser inclusivo y garante de la libertad de expresión, pues la esencia del
llamado «socialismo cubano» descansa toda en la legitimación jurídica
e institucional de la fórmula—cuyo origen totalitario más adelante
mostraré—: «Dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución,
nada». A continuación, algunos comentarios críticos sobre Palabras a
los intelectuales (1961) y su inquietante nódulo totalitario y exclusioni-
sta.
- Otros tópicos abordados en la Biblioteca Nacional son también recurrentes en todas
y cada una de las asambleas de los intelectuales revolucionarios. - Exceptúo aquí a las generaciones que surgieron a partir de 80.