13 Policy Matters.qxp

(Rick Simeone) #1

Hoy, en la parte alta de las montañas
viven 4 grupos indígenas: Kogi, Arhuacos,
Wiwa y Kankuamos, quienes mantienen en
gran medida sus tradiciones precolombi-
nas. Su población total, distribuida en tres
resguardos, se estima en 60.000 personas.
Igualmente, unos 250.000 campesinos
provenientes de diversas regiones del país
viven en las faldas media y baja de las
montañas, y quienes han traído consigo las
prácticas culturales de sus lugares de ori-
gen, conformando un amplio mosaico cul-
tural. Hasta hoy, es la “Ley de la Madre” o
“Ley Antigua” la que rige el comportamien-
to general de los indígenas, y son los
Mamos (sacerdotes o chamanes) quienes
hacen respetar este complejo código de
leyes por medio de sus consejos, ofrendas
(pagamentos) y ceremonias, para así
garantizar el normal funcionamiento de los
ciclos vitales de los hombres, animales y
plantas. La Sierra Nevada de Santa Marta
se percibe como un cuerpo vivo donde
cada uno de los elementos de la naturale-
za es parte vital de la cultura indígena fun-
damentada en una relación armónica con
el medio.^14 Sus formas de producción des-
arrollan sistemas de agricultura de panco-
ger (cultivos de subsistencia) tradicional-
mente basados en ciclos de migraciones
altitudinales, utilizando los diversos pisos
térmicos lo que garantiza una producción
diversificada y el descanso de los suelos de
manera periódica. Debido a las presiones
externas sobre los territorios indígenas, se
han introducido actividades no tradiciona-
les que atentan contra la conservación de
los recursos naturales como la ganadería
en los páramos. La autoridad de los sacer-
dotes Kogi se basa en un conocimiento
detallado de los fenómenos ecológicos y
en decisiones apropiadas en el contexto de
un ecosistema agrícola controlado por
rituales locales de los ciclos de vida. Los
sacerdotes Kogi tienen dos objetivos: man-
tener la densidad de la población por
debajo de la capacidad de carga del terri-
torio, y conservar zonas ecológicas sin


intervenir que puedan constituir reservas
en tiempos de necesidad.

La historia de la colonización en la zona,
en especial aquella que fue impulsada por
la violencia bipartidista a mediados del
siglo pasado, trajo consigo el deterioro
ambiental ante la tala indiscriminada prac-
ticada por los nuevos pobladores para
establecer sus parcelas, y produjo el des-
plazamiento de las comunidades indígenas
hacia las tierras altas, frías y menos pro-
ductivas. En las últimas tres décadas este
proceso se logró estabilizar y en algunos
casos se ha revertido con el logro de la
constitución y ampliación de los resguar-
dos y los esfuerzos realizados por ONGs, la
comunidad internacional y las organizacio-
nes indígenas, así como una mayor inter-
vención estatal. Sin embargo, más recien-

Conservation aas ccultural aand ppolitical ppractice


Figura 3.Terrazas y caminos arqueologicos
Tairona en el alto río B uritaca (Cortesía Juan
Mayr Maldonado)
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