sol, como gobernador gravitatorio del sistema solar puede ser
considerado una parte del poder universal y por lo tanto también
representa a Dios, pero esa representación solo tiene sentido si
se entiende de forma indirecta, por eso, es un error adorarle
como se hacía en el antiguo Egipto, porque el universo es mucho
más grande y en él, nuestro sol, solo es una pequeña estrella. La
importancia y superioridad del monoteísmo consiste en que
unifica el universo en una sola cosa al definir a Dios como el valor
supremo que está por encima de otros elementos menores como
el sol o los planetas. El sol igual que los ángeles puede ser
considerado como un representante de Dios pero no tiene
sentido que se le adore o se le confunda con él.
El hecho de que el sol sea el gobernador gravitatorio del sistema
solar y al mismo tiempo sea un símbolo masculino explica por
qué, en el pasado, era normal considerar a Dios como un ser
masculino, esto es debido, a que el concepto del mando o la
acción son por naturaleza masculinos, aunque en términos
absolutos los dos aspectos dimensionales o sexuales sean igual
de importantes. Esto ocurre también en el gobierno de una
ciudad o un país, porque el centro de poder es simbólicamente
masculino, y el resto de la sociedad que se encuentra gobernada
por él es simbólicamente femenina y por eso actúa de forma
pasiva. Dios, sin embargo, es neutral, y no tiene un solo sexo o
tiene los dos, pero como el concepto del mando es de naturaleza
masculina es normal que se considere a Dios como un ente
masculino aunque en términos absolutos no sea cierto. Esto
significa, que la dimensión femenina de la naturaleza tiene en el
universo la misma importancia que la masculina, pero no
participa en el mando universal de forma directa sino indirecta.
Tampoco debemos olvidar la importancia de la Tierra y los
demás planetas como símbolo femenino y con la misma
antonio.p
(Antonio.P)
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