de politeísmo está en contradicción con el hecho de que Dios
hipotéticamente es el creador del universo y en consecuencia no
puede tener madre. La solución a esta confusión es, reconocer,
que Dios no es masculino ni femenino, porque si bien es cierto
que el mando es una cualidad masculina, sin embargo, también
tiene en su interior los valores femeninos por igual y cada uno de
esos valores es, en su plano dimensional, lo más importante.
Dios, por lo tanto, no tiene sexo o tiene los dos a la vez, por eso,
es mejor definirle como el denominador común de todos los
seres del cosmos.
Dios por lo tanto nos crea y al mismo tiempo nosotros creamos a
Dios porque formamos parte de él. Esto es así, porque el
concepto de creación también es abstracto porque no existe
creación en un sentido absoluto sino solo transformación. Una
parte del cosmos es fijo e inmutable, es la que se deriva de la
verdad y actúa como un sistema matemático que no se puede
contradecir y luego existe la parte variable que ofrece diferentes
caminos opcionales y que genera el tiempo. El tiempo consiste
en el paso del universo de un nivel alto de energía a otro bajo
cambiando energía por organización y progreso. Pero cuando
este proceso termine, la energía volverá al punto de partida
describiendo una trayectoria circular porque en el universo las
líneas rectas absolutas no existen. Entonces, todos los seres que
forman el universo se reunirán en una sola partícula y el proceso
volverá a empezar. Es como si el universo actual fuera esa
partícula original pero volcada en su interior para hacerse más
compleja y variada mediante su división en múltiples partículas.
Es decir que el universo, es un cuerpo esférico formado por
multitud de seres que se ha derivado de la partícula inicial, pero
que volverá a esa partícula cuando termine el ciclo cósmico. Es
una esfera que pasa a través del tiempo de la sencillez a la
antonio.p
(Antonio.P)
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