hijos provocando la existencia de poblados enteros con una
estatura mayor de lo normal.
Otro mito que era común entre los sacerdotes y filósofos del
pasado era considerar el número siete como representante de
los dioses. En realidad, este número no tiene nada que le haga
especial o mejor que los demás, porque cada número participa
por igual en la representación de la naturaleza por eso, la
explicación más probable de esa adoración está en que los
antiguos sacerdotes eran al mismo tiempo excelentes
astrónomos y consideraban a los planetas seres divinos. Estos
sacerdotes pronto se dieron cuenta que los años se dividían en
trescientos sesenta y cinco días y a su vez la división más
adecuada de los días era en cincuenta y dos semanas de siete
días, a partir de ese descubrimiento el número siete ya elevado a
la categoría divina se usó para múltiples asuntos religiosos en los
que se tenía que elegir un número, como por ejemplo cuando en
el Génesis bíblico se dice que Dios creó el mundo en seis días y al
séptimo descansó, es razonable pensar que en este caso la
leyenda se está basando en la semana de siete días. Lo más
probable, es que con ello se trate de simbolizar las distintas
etapas que pasan hasta llegar al hombre entre las que se
incluyen la mineral, la vegetal, la animal y la humana. También
pudo servir para representar a los planetas que en la antigüedad
consideraban dioses cuando solo se conocían siete.
Los ocultistas afirman que una de las razones para adorar este
número se debe a que desde un punto de vista simbólico el
número siete se forma cuando se junta un cubo de cuatro lados
con una pirámide de tres y al parecer a este hecho le dan mucha
importancia, pero esa parece una respuesta evasiva más que una
auténtica razón que justifique su uso desproporcionado, porque
antonio.p
(Antonio.P)
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