dimensiones solo quedará solucionada cuando la humanidad
complete su proceso de evolución.
El mundo de la materia es más denso y está repleto de un
movimiento vertiginoso que favorece la confusión por eso, el
reto del hombre es dominarla para que le sirva a sus intereses,
en eso se basa la evolución tecnológica. El mundo espiritual en
cambio, es poco denso y tranquilo, esto favorece la intuición y la
comprensión de las cosas con una mayor perspectiva. Analizado
en términos metafísicos el mundo material es horizontal,
masculino y lleno de energía y el mundo espiritual es femenino
vertical y lleno de sentimiento. La unión de ambos planos
universales es necesaria para ser feliz por eso existe la
reencarnación.
Después de la muerte del cuerpo, los espíritus tienen la
posibilidad de recordar sus vidas anteriores, pero para ello es
necesario que abandonen su personalidad humana es decir el
bagaje de creencias y prejuicios que adquirieron durante su
última vida. Esta personalidad es como un lastre que les impide
conectar con su yo superior. Aquellos que se niegan a ese
cambio, permanecen en el limbo, es decir en el espacio
intermedio entre la vida humana y la espiritual y mientras dura
esta situación permanecen como espíritus pero sin poder
recordar su personalidad espiritual y los conocimientos que lleva
aparejada. Los espíritus que permanecen en esa situación es
como si aún estuvieran en la vida humana porque su forma de
sentir o de pensar sigue siendo la misma pero con la diferencia
de que ya no tienen cuerpo físico.
Los sacerdotes antiguos que realizaban ceremonias para
comunicarse con los espíritus les dividían en dos categorías: Una
es, la de aquellos espíritus que después de la muerte del cuerpo
logran ascender al mundo espiritual hasta recuperar
antonio.p
(Antonio.P)
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