tratar de progresar en la vida pero sin dejarse llevar por la
vanidad, para eso, es necesario aprovechar completamente cada
cosa que tenemos evitando el despilfarro, porque el hecho de
tener mucho no significa que debamos desperdiciar lo que
tenemos. Una persona que administra lo que tiene con sentido
común, en realidad gana dos veces, una por lo que gana al
principio y dos por lo que gana cuando es responsable y no
desperdicia nada. Debemos evitar la opulencia y el despilfarro,
porque en realidad una persona necesita poco para vivir, por lo
tanto, lo más razonable es usar ese progreso económico para
vivir mejor, pero evitando hacer cosas absurdas como por
ejemplo comprar casas enormes para vivir pocas personas, o
tirar la ropa recién estrenada. Hay que progresar pero sin perder
la dignidad, porque la riqueza material no garantiza la felicidad.
La felicidad es, por lo tanto, la consecuencia de dos cosas, por un
lado del progreso económico y por el otro de la administración
sensata de ese progreso.
Desde el comienzo de los tiempos el progreso de la ciencia ha
permitido que la calidad de vida mejore sin cesar, pero ese
progreso no debe ser una excusa para dedicarse al despilfarro.
Un ejemplo lo tenemos en como hoy en día el ser humano no
duda en destruir los átomos de uranio para producir energía sin
tener en cuenta el grave peligro que representa la radioactividad
para el medio ambiente. También trata de destruir los átomos de
hidrógeno por el mismo motivo con el argumento de que
necesita más energía. No comprende que en la naturaleza ya
existe una energía inagotable, limpia y gratuita que es la solar en
sus múltiples versiones, y lo que hace falta es adaptarse a las
limitaciones administrando mejor la energía que ya se tiene para
evitar el despilfarro. Los defensores de la energía nuclear
procedente del hidrógeno afirman que el mundo podría
antonio.p
(Antonio.P)
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