El origen del cosmos

al alma predomina en él un aspecto femenino del mismo modo
que en el cuerpo predomina la dimensión masculina, por eso,
cuando se habla del espíritu se le asocia con las cualidades
femeninas porque son las más características del mundo
espiritual. Pero hay que tener en cuenta, que la definición de
masculino o femenino que se hace en este caso solo es válida
como comparación entre los dos planos dimensionales pero no si
se trata de otros planos diferentes.
El espíritu, en realidad no es parte directa del ser, porque el ser
se encuentra en el alma, el espíritu, entonces, sirve al alma como
una especie de vehículo para desplazarse por el espacio y
funciona de forma parecida al resto de átomos que pueblan el
universo. Esta diferencia se debe a que la materia del espíritu ha
sido tomada de la materia del ser universal y en cambio la
materia del alma pertenece al ser que controla ese espíritu. Esto
es necesario, porque, aunque la gente no lo entienda, todas las
partículas que pertenecen a un mismo ser tienen que ser
administradas conscientemente por ese ser, eso significa que si
todas las partículas que forman parte de nuestro cuerpo fueran
administradas directamente por nosotros no podríamos hacer las
funciones superiores como las que normalmente hacen los seres
humanos. Dicho de una forma más clara, si nosotros fuéramos
realmente el cuerpo humano como creen los materialistas,
entonces tendríamos que ocuparnos de todas las tareas
químicas, atómicas o biológicas de nuestro cuerpo en lugar de
ser automáticas. Ellos no comprenden, que si nosotros no nos
damos cuenta de la mayoría de los procesos que ocurren dentro
de nuestro cuerpo, es porque hay otra vida y otra conciencia que
se está ocupando de ello por nosotros, porque, aunque los
materialistas no lo quieran reconocer, la materia tiene vida y
conciencia propias y depende del ser universal. La materia de