El País Semanal - ES (2022-03-06)

(Antfer) #1

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ha comido. “Intento mantenerme en constante apren-
dizaje y desarrollo. Soy yo y la música”, afi rma. Ella y la
música, ella y un control implacable de todo lo que hace.
Aquellos que necesitaban validarla a través de otros,
como con Refree en Los Ángeles o El Guincho en El mal
querer, se encuentran ahora con una lista interminable
de colaboradores. Conclusión: la verdadera validez es
lo que ella elige. Y elige todo. “Que uno tenga colabora-
dores no signifi ca que trabaje por ti. Sin la main idea, la
idea principal, sin la necesidad, sin el deseo, la sangre, el
sudor, las lágrimas, el tiempo, la energía, la dedicación...,
es imposible que hubiese hecho este disco. Me hace gra-
cia que se pueda pensar lo contrario”.
Motomami, por tanto, es la fotografía de una Rosalía
que reivindica su lugar en la cúspide del pop mundial.
Un lugar al que llega con mucha carrerilla, tal y como
recuerda Pedro G. Romero, infl uyente investigador del
fl amenco, la cultura popular y las vanguardias artísticas,
y la persona que le recomendó el libro del siglo XIV so-
bre el que se inspiró El mal querer: “Ella siempre decía
que, si Beyoncé o Rihanna podían hacer lo que hacían
con el soul y el blues para convertirlos en pop, por qué
ella no podía hacer lo mismo con el fl amenco”.
Lo hizo, y ahora amplía el proyecto con “nuevos có-
digos” desde el deseo, la sangre, el sudor, las lágrimas...
Rosalía intensifi ca el acento de las palabras al dispa-
rarlas seguidas, como esas cortinas de balazos de pop
industrial que hay en nuevas canciones como ‘Cuuuuu-
te’. Tra-tra-tra-tra... Y se queja: “Para mí la cuestión es:
‘Guau, ¿os habéis fi jado de lo que no se habla?’. Hay
muchas mujeres en las que no se pone el foco. Ahí está
Björk, una artista fabulosa, que muchas veces ha teni-
do que estar peleando. Que tenga que estar peleando
es el problema. Hay muchas mujeres creadoras que no
tienen el crédito que merecen. Una pena”.
Ella busca foco y crédito, ser el referente que ya es
para una generación. Así lo reconoce Judeline, un ta-
lento español de 19 años que ha colaborado con pro-
ductores como Alizzz. Desde su propuesta de soul elec-
trónico, asegura que Rosalía es “una inspiración muy
heavy”. “Nos ha allanado el camino a mucha gente, de-
mostrando que se puede ser joven y petarlo con un
sonido y un modo de ser distintos. Muchos focos están
puestos en España ahora mismo desde otras partes
del mundo gracias a ella. Supo moverse para llegar
a EE UU sin ser mainstream”. De la misma opinión
es Pedro G. Romero: “Muchos jóvenes se han dado
cuenta de que se pueden quitar el guardapolvo
provinciano y que no hay que salir en Radio Olé.
Se puede aspirar al mundo con riesgo”.

La mariposa es el símbolo de Motomami. “Una ma-
riposa, yo me transformo”, canta en ‘Saoko’, la canción
que abre el álbum y que en un mes acumula cerca de 16
millones de reproducciones en Spotify y otras tantas en
YouTube. Como cuenta David Rodríguez, ingeniero del
disco y que ha trabajado con Billie Eilish, Shakira o LL
Cool J, “tomó la decisión de transformarse como artista.
Mucha gente quizá cuenta con una producción de El mal
querer, 2ª parte. Tuvo una visión para hacer algo dife-
rente y nuevo”. La transformación fue anticipada desde
aquel primer reguetón con J Balvin en ‘Con altura’. Ella
se defi ende cuando se sabe cuestionada por un sector
que le achaca alejarse de sus raíces fl amencas. Lo hace
en el disco con ‘Bulerías’, la única canción fl amenca y en
la que se revindica: “Soy igual de cantaora con el chán-
dal de Versace que vestidita de bailaora”. Y lo hace con
sus palabras para explicar el proceso natural de incluir
otros sonidos: “Bailaba a Don Omar con mis primas en
las ferias de mi pueblo. Cantábamos también en el club.
El reguetón forma parte de mi adolescencia. Al fi nal,
mi carrera va a ser una carta de amor a los estilos de
música que quiero. En el futuro añadiré todo lo que me
encuentre. El fl amenco es algo importante y mi músi-
ca le agradece mucho, pero también a otros estilos. En
música no hay algo correcto e incorrecto, bien o mal. Lo
que importa es que la música me refl eje a mí”. Y añade
sobre el perreo: “El reguetón no pide perdón ni permi-
so. Por eso me parecía que iba como anillo al dedo para
Motomami. Al fi nal, es una música muy directa y cruda,
y la gente no está acostumbrada a celebrar mujeres que
hablan directo y crudo”.
Los focos iluminan el rostro de Rosalía, que se cubre
con las manos como en un juego de niños, dejando ver
a ráfagas la mariposa de sus dientes. Sus características
uñas postizas extralargas se ven hoy en una versión más
moderada. Y su melena de negro furioso se agita con sus
movimientos. Comunica de una forma muy directa con
cada ligero y minúsculo movimiento. Una sonrisita, una
mirada, un guiño, un silencio... Su lenguaje corporal es
de una potencia extraordinaria y, más allá del aura de
la fama, el halo de estrella o su magnetismo, transmite
mucha ternura. Sucede cuando se trata de comentar la
polémica de sus letras en las que mezcla idiomas como
en ‘Hentai’. Se lleva las manos a
la cabeza y suelta: “Ostras, ¡com-
partí solo 15 segundos de canción!
¡No hay contexto! Entiendo que la
gente se lleve al pecho algo, pero
sería mejor juzgarla cuando haya
salido la canción y mejor aún todo

“El disco es una montaña
rusa. Un sube y baja. Así
me siento a veces”, dice
Rosalía, fotografi ada con
chaqueta de lana y vestido de
punto, todo de Balenciaga.

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PERFIL


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