Junto a organizaciones ecologistas participando en una marcha contra Hidroaysen
En 2011 la empresa Agrosuper instaló una planta faenadora de cerdos en la comuna de Freirina, Región de Atacama, sin los
resguardos necesarios debido a las débiles exigencias medioambientales. Apoyamos las movilizaciones de los habitantes de
Freirina que protestaban por la pestilencia, plaga de moscas y malos olores que sufrían noche y día. Exigimos fin a la represión
policial, acudimos a la Justicia y a la Contraloría; pedimos la intervención del Consejo de Defensa del Estado y que la Cámara
formara una comisión investigadora. En mayo de 2012 Agrosuper cerró la planta y dejó abandonados a 450 mil cerdos lo que
fue una verdadera catástrofe sanitaria. Finalmente el Gobierno y la presión social obligó a la empresa a elaborar un plan de
contingencia y derivar los cerdos a otras plantas.
La construcción y operación de cinco represas contemplaba el proyecto HidroAysén que Enel y Colbún presentaron al
Sistema de Evaluación Ambiental en agosto de 2008. Dos de las megaconstrucciones cortarían el río Baker y tres, el río Pascua.
Una cadena de antenas de alta tensión y sus líneas de transmisión se extenderían como cicatriz por toda la Patagonia.
Un daño irreparable. En mayo de 2011, las autoridades ambientales del gobierno de Piñera, dieron luz verde al proyecto, pese a
que el 61% de la población rechazaba la iniciativa. Junto al senador de la zona Antonio Horvat, otros parlamentarios y
organizaciones ambientalistas presentamos un recurso de Protección en la Corte de Puerto Montt, dando inicio a una larga
batalla judicial y comunicacional.
Respaldamos todas las movilizaciones y acciones impulsadas por Patagonia Sin Represas, a las cuales también se sumaron
numerosos científicos, intelectuales y dirigentes sociales. Pese al creciente rechazo popular el proyecto fue superando una a
una las distintas etapas de la débil institucionalidad ambiental con el apoyo gubernamental e, incluso, de los ex presidentes
Frei y Lagos y del ex ministro Insulza, que argumentaban que Chile “sufriría un apagón”, porque aún no estaba preparado para
impulsar las energías renovables.
Sin embargo, en junio de 2014 el Comité de Ministros de la Presidenta Michelle Bachelet rechazó el proyecto global “porque no
responde a los estándares ambientales que requiere nuestro planeta”. En 2017, en medio del auge de las energías
renovables, Enel y Colbún cancelaron formalmente el proyecto, “por no ser económicamente factible en el contexto de la actual
situación del mercado eléctrico y sus perspectivas futuras”.
Agrosuper y la contaminación de los cerdos
HidroAysén: brutal agresión a la Patagonia