En defensa de los cisnes de Valdivia
En 1998 presentamos un recurso de protección contra la empresa Celulosa Arauco y Constitución (Celco) argumentando que
era incompatible instalar una planta de celulosa en una zona de humedales. Lamentablemente lo perdimos.
En el 2004 la planta instalada a kilómetros del Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter produjo una grave contaminación
en los humedales del Río Cruces provocando la muerte y emigración de los cisnes de cuello negro y otras aves silvestres que
habitaban en ese lugar. Nos hicimos parte de las movilizaciones y de todas las acciones judiciales presentadas contra Celco,
entre ellas una denuncia por usar informes de dudosa procedencia para responsabilizar a la “extinción del luchecillo”, de la
muerte de los cisnes. Presentamos una querella contra los miembros de la Corema que aprobaron el funcionamiento de la
planta y denunciamos a la empresa en el Parlamento Europeo por dumping y transgredir convenciones medioambientales.
Recuperar el Agua para Chile
En 1980 la dictadura privatizó los derechos de agua, conculcando a todos los chilenos ese vital elemento como bien de uso
público al igual que ocurre en la mayoría de los países. En 2008, junto a otros parlamentarios (Ávila, Navarro, Ruiz-Esquide,
Gómez), impulsamos la campaña “Recuperar el Agua para Chile” y reunimos cientos de miles de firmas transversales
exigiendo la nacionalización del agua.En el 2019, con el mundo científico y académico, levantamos la plataforma “Agua de Todos” con similar objetivo e impulsamos
una reforma constitucional para que el agua volviera a ser un bien nacional de uso público y, aunque hubo 24 a favor, el doble
de los 12 en contra, la perdimos por el quórum establecido en la Constitución de Pinochet.También presenté un proyecto de ley para que los primeros 100 litros de consumo de agua sean gratuitos, tal como
establece la ONU, que está en trámite.La Segunda, 25 de noviembre, 2004La Tercera, 16 de agosto, 2005El Mercurio de Valparaíso, 16 de agosto, 2005El Mercurio, 30 de marzo, 2008La Nación, 20 de marzo, 2008