La inteligencia artificial cambiará a la humanidad. Las relaciones humanas, el modelo de
civilización y desarrollo no serán los mismos. Los empleos actuales desaparecerán o los harán
robots. Esos avances deben dar una vida mejor y no dañar la autonomía y el libre albedrío de los
seres humanos.
Chile es el primer país del mundo que tramita un ecosistema legislativo que crea y protege a los neuroderechos como un
derecho humano y que regula la actividad invasiva de neurotecnologías y plataformas digitales.
Impulsamos una reforma constitucional que modifica el artículo 19, número 1°, de la Constitución para proteger la integridad
y la indemnidad mental con relación al avance de las neurotecnologías. Esta reforma fue aprobada casi por unanimidad en el
Senado y en la Cámara.
Neuroderechos, una nueva frontera de los derechos
humanos
¿Por qué esta reforma constitucional?
El cerebro, junto al espacio, son las últimas fronteras de la humanidad. En 2017, un grupo de científicos, filósofos, ingenieros e
investigadores del más alto nivel, se reunieron en Estados Unidos bajo el nombre de Morningside.
A través de la revista Nature e impulsados por el neurocientífico Rafael Yuste - líder a nivel mundial del Proyecto BRAIN para
conocer las conexiones neuronales y asesor del presidente Barack Obama- plantearon la necesidad de
reflexionar y regular el uso de las neurotecnologías y la inteligencia artificial (IA) ya que pueden leer pensamientos y el incons-
ciente, así como ‘escribir’ ideas, emociones o historias de vida jamás vividas.
Así, junto a Rafael Yuste y a un gran número de académicos e investigadores propusimos una reforma constitucional que
consagra la protección de la indemnidad cerebral y crea los derechos neuronales o neuroderechos como derechos humanos.
Las neurotecnologías pueden ser muy útiles para controlar las enfermedades neurodegenerativas, pero también pueden
manipular cerebros humanos. En laboratorios ya lo hacen con ratones y monos. Son saltos científicos-tecnológicos fascinantes
pero que deben ser revisados y controlados, pues van a los más íntimo del ser humano, que no es otra cosa que nuestra
conciencia y pensamientos.
Los neuroderechos deben garantizar que el desarrollo tecnológico -fundamental para la sobrevivencia de la humanidad-,
no sea usado nunca en contra de la libertad, la autonomía y el libre albedrío. Y, a su vez, que el progreso y el mejoramiento
cognitivo, por cualquier tipo de tecnología, sea de acceso equitativo para toda la humanidad como fue el acceso universal a la
educación en el siglo pasado.
La consagración constitucional entrega supremacía ante las demás normas jurídicas constituyéndose en un límite que
protege a las personas incluso contra las acciones del Estado. Permite la acción directa de protección y la equilibra frente al
derecho de propiedad o de libre emprendimiento.
¿Qué indica?
El desarrollo científico y tecnológico estará al servicio de las personas y se llevará a cabo con respeto a la vida y a la integridad física y psíquica.
La actividad neuronal así como la información proveniente de ella, debe ser resguardada por la ley.
Proyecto de reforma constitucional | N° Boletín 13.827-19
Ideas para el futuro
Las Últimas Noticias, 27 de enero, 2019