Tapas N.23 – Mayo 2017

(ff) #1

Quien no arriesga


no gana


MORDISCOS


diego cabrera


l


a creatividad mueve montañas, genera las obras,
combinaciones y por qué no, las propuestas más
inimaginables. Se convierte en el motor de nues-
tra evolución. Pero no viene sola, hay que incen-
tivarla, animarse a abrazarla, dejarla ser. Para
que fluya, debemos atrevernos a lanzarnos sin red, arries-
garnos a darnos contra la pared y ver qué pasa. Porque de
todo se aprende. Y así como en coctelería los nuevos tragos
necesitan de la base que dan los clásicos (¿qué más básico
que un daiquirí con ron, azúcar y limón?), también es cierto
que no se aprende ni se generan nuevas cosas –cócteles para
el caso– quedándonos en un mismo lugar.
Creamos desde lo conocido pero es importante
incorporar la creatividad para poder llegar a
edificar algo más. Igual que una persona
que no viaja se termina aferrando solo
a una verdad, a solo una página de un
extenso libro, considero que bajar los
brazos y asumir en algún momento de
tu vida que has tocado techo es un sín-
toma de mediocridad.
La vida es un aprendizaje constante y
nos invita a evolucionar. Y, si creciste en
una familia numerosa como la mía, pron-
to aprendes a sacar a relucir tu imaginación,
a destacarte. Te lo aseguro, es un divertido
entrenamiento de vida –¡prueba si no a guardar
un secreto, a encontrar tu propio espacio, a desarrollar
tu personalidad entre el montón, a ver cómo te va!–. La
realidad es que no nos damos cuenta de hasta qué punto
la vida nos va preparando para afrontar lo que nos viene,
cómo estimula nuestra creatividad, la desarrolla y cómo
incorporamos conocimiento desde el desconocimiento
mismo. Escuchas “creativo” y seguro que piensas que solo
se aplica si planeas lanzar un cohete a la luna. No. Hay
muchas maneras de serlo, ¡y en una familia como la mía
aprendes pronto! Tiendes a aplicar una solución práctica
y rápida a un problema. Experiencias así me han formado


para la hora de ponerme a trabajar. Mis motivaciones son
constantes. Me confieso curioso, todo me intriga, ver qué
sucede, cuál es el próximo paso en pos de renovarme.
Viajar por el mundo me da esa libertad. Y es en estos días
que vuelvo a visitar Japón cuando recuerdo mi primera vez
allí. Todo me pareció tan distinto a lo conocido que enten-
dí por qué cuando los japoneses vienen a Occidente toman
tantas fotos. Llevé conmigo una libretita para anotar ideas
y a las pocas horas tuve que hacerme con otra, porque ¡ha-
bía tantas cosas que captar! Eso pasa cuando te dejas llevar.
Abrí la mente y esta cabecita loca no paró de generar. De
igual manera me sucedió tras viajes a Singapur o a Tailan-
dia, volví con decenas de cócteles y combinaciones
especiadas bajo el brazo. Y aunque costó que
las personas los adoptaran –cada uno a su
tiempo–, siempre hemos tenido quien re-
cibiera sus primeros golpes por dar un
paso adelante, por ser avanzado a su
tiempo ¿Has visto aquel antiguo video
de Charles Chaplin batiendo su cocte-
lera con todo el cuerpo? Por entonces
era una parodia, parecía ridículo. Hoy,
¿cuántos barmans has visto ya que baten
así? Y es que, cuando sales de tu zona de
confort, surgen las mejores cosas. Entras
en lo que yo denomino la ‘zona mágica’, la del
aprendizaje, incorporas nueva información, y una
vez que la tienes, el resto es prueba y error.
Es por eso que noche tras noche, tras la barra, trato de
sorprender al cliente con cócteles nuevos, distintos a lo
que están acostumbrados. Lograrlo y observar sus caras
de sorpresa es muy gratificante para mí. Es ese instante
en que te das cuenta de que salir del círculo de confort es
a la larga una inversión en ti mismo.

Diego Cabrera es uno de los 'bartenders' más interesantes
del momento, cuya última propuesta, Salmón Gurú
(Echegaray, 21), abrió sus puertas en madrid el pasado julio.
Free download pdf