Cine Premiere N.274 – Julio 2017

(Kiana) #1

CINEPREMIERE.COM.MXJULIO 2017 19


¿Qué tan cercano te sentiste a Samuel, tu persona-
je? Te comprometiste con este rol desde el inicio...
Me sentí seducido por la relación padre-hija y me dejé
embarcar totalmente por este personaje al principio
imprudente ¡que termina por dar un sentido a esta
irresponsabilidad! Me conmovió el tema de la pater-
nidad, que no es tan frecuentemente abordado en el
cine actual. Tuvimos mucha suerte de tener a Hugo
Gélin en la realización, ya que erigió toda esta dimen-
sión gracias a su inteligencia y a su pudor: aportó fi-
neza y elegancia a un tema que habría podido ser
tratado de manera menos sutil.


Las audiencias se sienten muy atraídas hacia el
carisma que dejas ver, incluso en dramas como
Samba, ¿te reconoces a ti mismo en el lado infan-
til de Samuel?
¡Evidentemente! Yo también tengo eso, pero de una
forma mucho más consciente que él. En Samuel no
es muy consciente, pero se impone. De mi parte
tengo consciencia de cuidar esta parte infantil y la
cultivo, pero sin rechazar mis responsabilidades de
adulto. Intento ser alguien responsable sin tomarme
demasiado en serio. Mi oficio me ayuda –casi me ex-
cusa– y me da autorización.


Ante las distintas versiones que ya hay de esta his-
toria, ¿cómo describirías a tu personaje? ¿De qué
trata para ti su odisea?
Es un joven que se rehúsa a toda responsabilidad, de-
bido a que se encuentra bien en ese lugar. No tiene
ningunas ganas, ni siquiera la idea, de abandonar este
estatus. Y es el destino el que le impone cambiar de
trayectoria. En realidad, creo que nunca estamos lis-
tos para ser padres hasta que lo somos. Es ahí que
nos volvemos responsables. Hacemos lo que pode-
mos con lo que somos y nos adaptamos. Es esto lo
que me parece muy bello: nadie tiene todo bajo con-
trol ¡y está bien reconocerlo! Incluso hay personas
que se preguntan si son dignas de criar a un niño. Es
el caso de nuestros personajes y da lugar a deliciosos
momentos de comedia.


El personaje de Clemence Poésy, la madre que re-
gresa por su hija después de ocho años [que en
la versión de Derbez fue interpretada por Jessica
Lindsey ] es a menudo vista como la villana...
En el guion yo no podía soportar a Kristin, la madre:
nunca llegaba a perdonarla. Gracias a Clémence se lo-


Algunas historias exportadas


Sexo, pudor y lágrimas (1999)
La película que cambió la relación entre la audiencia
mexicana y su cine, dirigida por Antonio Serrano, tie-
ne su propia versión brasileña: Sexo, Amor & Traição
(Jorge Fernando, 2004).

Somos lo que hay (2010)
El filme de caníbales de Jorge Michel Grau hizo histo-
ria al convertirse en la primera película mexicana en
tener un remake hollywoodense. La versión estadou-
nidense, We Are What We Are (2013), fue dirigida por
Jim Mickle y estuvo nominada al Premio SACD duran-
te la Quincena de Realizadores en Cannes.

Nosotros los Nobles (2012)
La exitosa cinta de Gary Alazraki parece franquicia: es
la película mexicana que más derechos para remake
ha vendido en el mundo. Ya cuenta con dos versiones
extranjeras estrenadas: Malcriados (Colombia, 2016),
y Belli di Papá (Italia, 2015). Sin embargo, existen más
países de Asia y Europa que están interesados en rein-
terpretarla para un mercado distinto, incluyendo a
China –a través de IM Global– y a España, en donde
hay interés de hacer una serie de TV.

¿Qué culpa tiene el niño? (2016)
En junio del año pasado, la productora Mónica Lozano
confirmó que la película más taquillera de 2016, prota-
gonizada por Karla Souza y Ricardo Abarca, tendrá un
remake brasileño.

gra tener empatía por ella. Ella hizo lo que se tenía
que hacer: fue el abogado de su personaje. Entregó
motivaciones profundas y supo hacerme compren-
der cosas que yo no había entendido del guion.

¿Cómo fue tu relación con la pequeña Gloria [Gloria
Colston] durante el rodaje?
No fue difícil crear una relación con Gloria porque ella
es muy graciosa e inteligente. En general no es fácil
trabajar con un niño, pero Gloria es precoz: ella es DJ,
tiene la costumbre de estar en escena y ¡ya es una ar-
tista! Comprendí rápidamente que ella sabía trabajar,
lo cual me inquietó un poco. En realidad era una socia
de parte entera. Inventábamos cosas y nos tirábamos
indirectas todo el tiempo: ¡que es mi modo de comu-
nicación preferido! Jugábamos mucho.
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