National Geographic Spain - 11.2019

(Steven Felgate) #1

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Más notable todavía fue la reacción de la sociedad india: día tras día protestas


femeninas en las calles, reclamando «¡Libertad sin miedo!», quizás el pistoletazo


de salida de una transformación sin vuelta atrás.


Entidades locales y nacionales han hecho grandes inversiones en nuevas ini-

ciativas en pro de la seguridad de las mujeres. En 2013 el entonces primer minis-


tro de la India asignó unos 130 millones de euros –que denominaron el Fondo


Nirbhaya– a medidas destinadas a fomentar la seguridad femenina. El Gobierno


actual ha prometido invertir casi el triple para convertir ocho grandes ciudades,


entre ellas Delhi, en espacios más seguros, mejor iluminados y menos hostiles


en la medida de lo posible para las mujeres.


Las iniciativas empiezan a materializarse: la policía de Delhi ofrece cursos

gratis de defensa personal femenina, de diez días de duración, y se despliega a


lo largo y ancho de la ciudad para impartir «formación in situ» a colectivos. En


el estado de Kerala, en el sur del país, se han organizado unidades policiales ín -


tegramente femeninas –la Policía Rosa– para patrullar las calles y dar respuesta


a las peticiones de auxilio de las mujeres. El rosa es casi siempre el color conven-


cional que identifica los servicios exclusivamente femeninos del transporte


público. Hay rickshaws motorizados rosas solo para pasajeras. El metro cuenta


ya con vagones solo para mujeres. En los controles de seguridad de las estaciones


del transporte público las mujeres forman sus propias colas, de modo que ningún


hombre pueda propasarse con la excusa de la falta de espacio.


Confieso que todo lo anterior me causa sensaciones encontradas. ¿Segregación

por sexo implantada por el Estado? ¿Acaso no hay otra manera de lograr que las


mujeres empiecen a sentirse tan cómodas como los hombres en los espacios


públicos? Pero acto seguido veo las campañas que lanzan las mujeres de la India


en las redes sociales y me siento reconfortada: #TakeBackTheNight, una inicia-


tiva global que organizó a valientes mujeres indias en grupos para salir a la calle


de noche, juntas. O #MeetToSleep, que el año pasado organizó a 600 mujeres de


todo el país para pasar una noche durmiendo al raso con total seguridad, como


suelen hacer sus compatriotas varones.


Es difícil conseguir que los hombres dejen de ver a las mujeres como intrusas

en el espacio público. Pero no imposible. La canción de las raperas de Delhi está


colgada en YouTube. Busque Khadar ki Ladkiyan (Las chicas de Khadar): no tiene


pérdida. Vea a estas mujeres cogidas del brazo en la calle, mirando con decisión


a la cámara, resolutas.


Escúchame, te lo digo claramente:
yo no tengo miedo, soy una mujer valiente.
El vídeo no tiene un número exorbitante de visualizaciones, pero muchos de

los comentarios que lo alaban son de hombres. La primera vez que lo vi recordé


a aquellas chicas, mujeres en realidad, cantando para nosotros. Nos arrastraron


con su fuerza. «No es que siempre sea valiente –dijo una de las raperas, Ritu–.


A veces también tengo miedo. Pero más que miedo siento rabia e indignación».


Ritu también nos contó una anécdota reciente: viajaba con otras mujeres en

el metro, todas de pie, y pillaron a un hombre que las grababa por detrás con el


móvil. No estaban cantando, ni rapeando, ni llamando la atención; simplemente


eran mujeres que iban en metro. Los demás pasajeros miraban hacia otro lado,


fingiendo que no veían lo que estaba ocurriendo, así que las chicas de Khadar se


enfrentaron al hombre. Le arrebataron el teléfono. Se descalzaron y lo golpearon


con las sandalias. Iban a dar parte de él a la policía, pero el hombre se bajó en la


siguiente estación de metro y huyó. Lo que sucedió no es lo ideal, concuerda


Ritu, pero muchas veces temes tanto por tu integridad que dejas de distinguir


entre lo que está bien y lo que está mal. «¿Qué haces si a nadie le importa lo que


te pase? Haces lo que crees que debes hacer en ese momento». j


ARRIBA
Agentes de la
Policía Rosa de
Kerala responden
a la intrusión de un
hombre en un
alojamiento de
Thiruvananthapuram
exclusivo para
mujeres. Estas
patrullas femeninas,
que empezaron a
funcionar en 2016
y tienen 32 agentes,
responden a cualquier
incidencia en la que
estén involucrados
mujeres y niños y
están especializadas
en casos que exijan
asesoramiento
y arbitraje.

ABAJO
Unas mujeres
participan en el
Paseo Nocturno de la
Mujer que se celebra
una vez al mes en
Delhi. La iniciativa
nació en 2013 cuando
una mujer pasó
24 horas recorriendo
la ciudad a pie. Hoy
el proyecto busca
reclamar los espacios
públicos nocturnos
para que las mujeres
exploren sus
ciudades sin miedo.
El paseo se organiza
vía Facebook y suelen
participar entre cuatro
y una quincena de
mujeres cada mes.
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