NATIONAL GEOGRAPHIC TEXTO: BEATA KOVACS NAS. FOTOS: HUNG NG (ARRIBA); TAIHUN KIM (ABAJO)
CUANDO LA BIÓLOGA marina Archana
Anand se sumergió por primera vez en
las turbias aguas del mar de la China Meri-
dional frente a Hong Kong para colocar
unos dispositivos autónomos de moni-
torización de arrecifes (ARMS, por sus
siglas en inglés) que inventariarían la
fauna marina oculta, no vio más que sedi-
mentos y colonias fragmentarias de coral.
Los ARMS son unas estructuras plás-
ticas con múltiples niveles, de un metro
por un metro, que simulan la compleji-
dad de un arrecife de coral. Si se dejan
bajo el agua uno o dos años, son coloni-
zados por cientos de especies, la mayoría
microorganismos. Nunca se habían ins-
talado en Asia, ni en una zona tan urba-
nizada como es Hong Kong.
Esta urbe costera, una de las más den-
samente pobladas del mundo, vierte al
mar el equivalente a 1.000 piscinas olím-
picas al día de aguas residuales tratadas
que contienen altas concentraciones de
nitrógeno, fósforo y otros nutrientes.
Estas aguas albergan más de 90 especies
de coral duro, muchas más que las del
Caribe. Son corales resistentes, y Anand
quería descubrir cómo crecen en ellos los
mi croorganismos. Para ello instaló cuatro
ARMS a unos cinco metros de profundi-
dad en puntos de mayor a menor conta-
minación, y dos años después los reflotó.
Los resultados: los ARMS expuestos a
contaminación albergaban una mayor
biodiversidad de microorganismos que
el que fue colocado en la zona más limpia.
Estos resultados ayudan a entender los
umbrales de tolerancia al exceso de
nutrientes de los microorganismos. Su
reacción, dice Anand, nos orienta en la
tarea de cómo mitigar las amenazas que
afrontan los entornos coralinos en todos
los litorales urbanizados del mundo.
La próxima parada de Anand serán las
islas Andamán y Nicobar, donde se valdrá
de los ARMS para crear una biblioteca de
la vida en los arrecifes coralinos del Índico.
Tu apoyo ha permitido
a National Geographic
Society financiar este
y otros proyectos
de exploración
e investigación.
Archana Anand (arriba)
instala unas estructuras
de plástico llamadas
ARMS en el mar frente a
Hong Kong (izquierda).
Se trata de un método
estandarizado para
medir la biodiversidad
marina que permite
comparar distintos
hábitats de arrecife
del planeta.
Descubrir vida oculta
en arrecifes de coral
NOTAS DE CAMPO | CONSERVACIÓN