National Geographic Spain - 11.2019

(Steven Felgate) #1

NATIONAL GEOGRAPHIC


ES EXPLORER DE NATIONAL GEOGRAPHICdesde 1998 y


Testimonial Rolex desde 1982, y lleva toda la vida dedi-


cada a salvaguardar los océanos de nuestro planeta azul.


Sylvia Earle, conocida con el sobrenombre deHer Deepness


(la dama de las profundidades), lucha infatigablemente


para crear una red global de áreas marinas protegidas


cada vez más grande que, al menos, iguale la superficie


terrestre. Y es que, a pesar de que cubren más del 70 % de


la superficie del planeta, actualmente menos del 6 % de


los ecosistemas marinos está protegido, frente al 15 %


de los terrestres. Sin embargo, los océanos son indis-


pensables para la vida: regulan las precipitaciones, la


temperatura, los vientos, nos proveen de oxígeno y son


el mayor sumidero de CO 2 de la naturaleza. Es decir, sos-


tienen la vida en el planeta, y hasta el 90 % de las especies


–incluida la nuestra, por supuesto– depende de los océa-


nos para sobrevivir. A pesar de ello, constituyen un terri-


torio enormemente desconocido. Aún hoy, aunque parezca


inverosímil, siguen estando mucho menos explorados


que la Luna, Marte e incluso Venus: los mapas que hemos


obtenido de estos cuerpos celestes del sistema solar tienen


más resolución que los de los fondos oceánicos.


E


PARA MÍ, TODO COMENZÓ
A LA EDAD DE 3 AÑOS,
CUANDO FUI ARROLLADA
POR UNA OLA.
DESDE ESE DÍA,
EL OCÉANO ME FASCINA.

Earle, hija de una época en la que la mayor parte de
los ecosistemas se hallaban en óptimas condiciones, ha
sido testigo de cómo, en pocas décadas, lugares prístinos
y llenos de vida, muchos de los cuales ella exploró antes
que nadie, han sido arrasados sin contemplaciones.
«Los seres humanos tenemos la impresión de que el
océano es tan inmenso, grande y resistente que no
importa lo que le hagamos. Menuda locura. La ignoran-
cia es nuestro mayor problema. Pero todo lo que le hace-
mos se vuelve contra nosotros», declara. Para frenar los
perjuicios causados por la acción humana, la oceanó-
grafa y su equipo trabajan para conseguir que en el año
2020 se haya preservado el 20 % de las aguas marinas.
«Tenemos un ingente trabajo por delante, pero hay que
hacerlo, porque lo que es indiscutible es que un mundo
sin océanos es un mundo sin nosotros –afirma–. Y lo
cierto es que vamos progresando. Cabe recordar que en
2006 apenas un 0,65 % de los mares gozaba de algún
tipo de protección». Sin duda, su iniciativa Mission Blue,
lanzada en 2009 gracias a la dotación económica que
recibió tras ganar el TED Prize, tiene mucho que ver en
ese incremento.
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