MODELAR EL FUTURO 9
INDIA
VOTANTES
INTRÉPIDAS
La Constitución india
de 1950, documento
nacional fundacional de
la que había sido colonia
británica, garantiza el
derecho al voto a todos
los ciudadanos adultos
con independencia
de su «religión, raza,
casta, sexo o lugar de
nacimiento». En otras
palabras, desde la
creación de la república
moderna, las mujeres
indias tienen derecho
a votar... y lo ejercen.
Estas, de Bengaluru,
acaban de votar en las
elecciones de 2019 al
Parlamento; las uñas
que muestran llevan la
tinta indeleble aplicada
por los funcionarios
electorales, una
práctica con la que
teóricamente se impide
que una persona vote
más de una vez. La
presencia femenina
en el Parlamento indio
todavía no supera el
14 %, pero desde que
la Comisión Electoral
ofrece en todas las
circunscripciones
parlamentarias colegios
electorales con
personal netamente
femenino, algunos
estados comunican que
acuden a votar más
mujeres que hombres.
En los últimos tiempos las mujeres se han sentido más empoderadas para
denunciar los desmanes masculinos, lo que ha puesto en marcha un diálogo
global acerca del sexismo, la misoginia y las dinámicas de poder a las que
están sometidas en el hogar y fuera de él. En muchos sentidos el mundo
sigue siendo de los hombres, pero las mujeres se han propuesto cambiar la
situación en el seno de sus propias comunidades. Es una misión que se
desarrolla en múltiples planos: en las instituciones gubernamentales, en los
entornos laborales y domésticos, a pie de calle por la vía del activismo y en
la capacidad de narrar sus propias historias y modelar sus sociedades.
Países como Ruanda e Iraq han implantado cuotas legislativas que garan
tizan una presencia femenina significativa en el Parlamento. En el caso de
Ruanda, desde 2003 no ha dejado de contar con la mayor proporción parla
mentaria femenina del mundo (véase «El poder en cifras», página 53).