MODELAR EL FUTURO 21
Cuando su familia aceptó
su pasión por aprender,
Elizabeth Pantoren se
doctoró y se convirtió
en agente de un grupo
ecologista y en paladina
de la independencia de
las niñas. En una clase
de Karare donde muestra
un portacompresas
reutilizable, su mensaje
es: una niña no debe
faltar a la escuela por
estar menstruando.
KENYA
ACTIVISTA
COMUNITARIA
una madre para todos los demás consistorios», pues supervisa a los otros
350 ayuntamientos repartidos por el país. «Yo tengo competencia para firmar
determinados acuerdos, pero no firmaré ni uno sin antes debatirlo con los
concejales –declara–. La democracia se basa en la inclusión».
Hamida y otras activistas trabajan ahora por cambiar las tradiciones cul
turales seculares de raíz religiosa vigentes en el ámbito sucesorio. La legis
lación sucesoria tunecina establece que las mujeres hereden la mitad que
los hombres, una costumbre muy extendida en el mundo árabe, y subvertirla
es sinónimo de ir en contra de un estamento religioso.
«El meollo de nuestra disputa es la familia –dice Hamida–. El concepto
de familia que manejan es patriarcal, totalmente opuesto al nuestro».
Se refiere a personas como Halima Maalej, una activista de carácter reli
gioso conservador que, aun apoyando la mayoría de las reformas en pro de
la mujer, ve una línea roja en la igualdad sucesoria: «¿Por qué quieren cam
biar los cimientos de nuestra sociedad y sus tradiciones?», pregunta.