36 NATIONAL GEOGRAPHIC
UN ARCHIVO FOTOGRÁFICO
es un registro inestimable de la época en que se tomaron las imágenes que
lo integran. Al repasar las colecciones antiguas de nuestro archivo en busca
de fotografías para ilustrar estas páginas –y para nuestro nuevo libro Women:
The National Geographic Image Collection–, nos llamó la atención la estre
chez de miras con la que en otros tiempos se definía a la mujer. Las imágenes
suelen ser bonitas, a veces curiosas, o tristes, o incluso inesperadas, pero
siempre reflejan los prejuicios y las costumbres de la época.
El archivo contiene más de 60 millones de imágenes acumuladas desde la
fundación de National Geographic en 1888: fotos publicadas e inéditas, dia
positivas, negativos, placas de vidrio... Casi con toda seguridad es uno de los
registros visuales más amplios de la mujer en las diversas sociedades y culturas.
En los albores del siglo xx, las imágenes de la revista –moldeadas por las
limitaciones técnicas del momento y por un punto de vista colonialista occi
dental– solían retratar a las mujeres como bellezas exóticas, ataviadas con la
indumentaria autóctona o con los pechos al aire. Esta narrativa delata quién
estaba tras la cámara por entonces: hombres blancos en su mayoría. A medida
que la tecnología fotográfica evolucionaba, nuestras imágenes femeninas
ganaron dinamismo, pero seguían fijadas en arquetipos tradicionales: esposas,
hermanas, madres. Hubo que esperar hasta la Segunda Guerra Mundial para
que las mujeres apareciesen desempeñando otros roles: contribuyendo al esfuer
zo de guerra con su trabajo en las fábricas, los hospitales, las Fuerzas Armadas.
En la posguerra la revista retomó perspectivas más «domésticas», y las mujeres
siguieron sonriendo desde nuestras páginas unas décadas más, hasta que en los
años setenta se consagró la fotografía que captaba la realidad de la vida misma.
Nuestro archivo también es un documento de la historia de las mujeres que
trabajaron detrás de la cámara: las contadas fotógrafas y editoras gráficas que
empleaba la revista en sus primeros tiempos. Las primeras imágenes firmadas
por la escritora y fotógrafa Eliza Scidmore datan de abril de 1907. Se considera
que es la primera mujer cuyas fotografías en color –imágenes de Japón bella
mente coloreadas a mano– se publicaron en National Geographic, en 1914. La
primera fotógrafa de plantilla, Kathleen Revis, fue contratada en 1953; las dos
siguientes, Bianca Lavies y Jodi Cobb, no se incorporaron hasta 21 y 24 años
después, respectivamente. Desde entonces la Geographic siempre ha querido
contar con más fotógrafas para narrar nuestras historias.
Yo fui una de aquellas jóvenes fotógrafas. Empecé a trabajar como freelance
para National Geographic en 1988. Recuerdo con qué emoción publicamos en
2000 el libro Mujeres tras la cámara, con imágenes de más de 40 profesionales.
Cuatro años después me integré en la plantilla como editora fotográfica sénior,
y en 2013 me convertí en la primera directora de fotografía de la revista. Tal y
como recuerda la pancarta de la página siguiente, ¡cuánto hemos avanzado!
Hoy, cuando celebramos el centenario de nuestro archivo fotográfico, con
tamos historias reales de mujeres reales con imágenes tomadas por más
fotógrafas que nunca. Potenciamos la «mirada femenina»: la idea de que las
fotógrafas quizá ven el mundo desde una perspectiva diferente a la masculina
y optan por resaltar y explorar temas distintos. Gracias a la visión y las imá
genes de las fotógrafas, hoy tenemos la capacidad de mostrar a nuestros
lectores el mundo en su plenitud, y no solo en parte. j
: he ational
Geographic Image
Collection ilustra y
reflexiona sobre las
vidas de las mujeres
con 400 fotografías
impresionantes tomadas
en más de 30 países.
Presenta 17 historias
relatadas por afamadas
fotógrafas de National
Geographic y entrevistas
con figuras de la talla
de Jane Goodall, Sylvia
Earle, Oprah Winfrey,
Laura Bush, Nancy Pelosi
y Melinda Gates. El libro
está a la venta desde
el 22 de octubre.