El Mundo - 08.11.2019

(vip2019) #1

P A P A F R A N C I S C O «Donde hay un muro hay


cerrazón del corazón. ¡Sirven puentes, no muros!».


B A R A C K O B A M A «Jamás olvidaré a los habitantes del este de


Berlín derrumbando el muro que los había separado del mundo libre».


La apertura y
demolición de
la cárcel a cielo
abierto que re-
presentó el Muro
de Berlín entre 1961 y 1989 provo-
có, en apenas dos años, el final de
un país (la República Democráti-
ca Alemana, RDA), de un imperio
(el exterior soviético) y de una era
o sistema internacional (el bipolar
de la Guerra Fría).
Entre la confusión, la sorpresa, la
euforia y la incredulidad, la primera
brecha abierta en el Muro de la Ver-
güenza en la madrugada del 9 al 10
de noviembre de 1989 sin un solo ti-
ro representó, para millones de ale-
manes, la redención de la fallida re-
volución de 1848, de la trágica deri-
va hacia la guerra de 1914 y del
ascenso de Hitler al poder en 1933.
Por primera vez desde que se solta-
ron los demonios románticos entre


los alemanes un siglo antes, se sella-
ba su identidad occidental con el
aval de sus vencedores en la Segun-
da Guerra Mundial.
La pax soviética que había disputa-
do el control mundial a Occidente
desde entonces empezaba a diluir-
se y EEUU, sin superpotencia ene-
miga al otro lado del espejo, se veía
a obligada a buscar nuevas estrate-
gias y nuevos adversarios para jus-
tificar el mantenimiento de su hege-
monía, de su gigantesco «complejo
militar-industrial» y de organizacio-
nes como la OTAN construidas a su
sombra.
A pesar de las guerras balcánicas,
del genocidio en Ruanda y de la
contienda continental africana en
el antiguo Congo, el Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas re-
cuperó su unidad en la guerra
por Kuwait, se encendió una luz
de esperanza en Madrid y Oslo
sobre Oriente Próximo, se re-
dujeron sustancialmente los
arsenales nucleares de Esta-
dos Unidos y de la nueva
Rusia (de más de 20.000 a
unas 1.500 ojivas estraté-
gicas cada uno), se hizo
realidad temporalmen-
te un cierto dividendo
de la paz, las misio-
nes de cascos azu-
les, blancos y de
otros colores se
multiplicaron, y
las guerras ati-
zadas por la bi-
p o l a r i d a d
concluyeron.
Hoy el veto

QUE HAN CAMBIADO


EL MUNDO


en el Consejo de Seguridad ha
vuelto a ser la norma, las misio-
nes de pacificación están en decli-
ve, en Oriente Próximo la paz es-
tá más lejos que nunca, los princi-
pales acuerdos internacionales de
armamento se están deshaciendo
(Rusia ha dado recientemente ca-
si por finiquitado el nuevo
automatismos, por lo que no de-
bemos descartar la posibilidad de
un futuro mejor».
A pesar de los contratiempos, se-
gún una encuesta reciente de Pew
Research en 17 países, 14 de ellos
miembros de la Unión Europea,
la mayor parte de los polacos,
checos y lituanos, y más del 40%
de los húngaros y eslovacos se
sienten mejor que hace 30 años.
El pesimismo aumenta a medida
que nos alejamos hacia Oriente y
más de la mitad de los búlgaros,
ucranianos y rusos considera que
la situación ha empeorado.
En Europa central y oriental el
65% de la población califica hoy
de positivos los avances desde el

START, el más importante aún en
vigor) y hemos entrado en nuevas
y peligrosas carreras de armas
por la difuminación de la frontera
entre lo nuclear y lo convencio-
nal, y por los riesgos derivados de
la revolución tecnológica (inteli-
gencia artificial, digitalización,
guerra cibernética...) y la militari-
zación del espacio.
«En los países bálticos nos recor-
dó todo lo malo y nos inspiró pa-
ra formar Frentes Populares y un-
irnos en la declaración de inde-
pendencia contra la tiranía»,
decía el 23 de octubre Vaira Vike-
Freiberga, presidenta de Letonia
de 1999 a 2007, en un seminario
del Club de Madrid que ella presi-
de sobre el impacto de la caída
del Muro en la democracia. «De-
sató vientos de libertad en el
mundo y nos devolvió la esperan-
za», añadía.
«Las primeras elecciones libres
en la Alemania unida y en los
principales países de Europa cen-
tral, la sustitución de Pinochet
por Patricio Aylwin en Chile, los
acuerdos de paz de Chapultepec
en El Salvador, el golpe fallido
contra Mijail Gorbachov en Mos-
cú y su dimisión el 25 de diciem-
bre de 1991 como último presi-

año 1989 en educación, el 61%
también ve positivos los cambios
en el nivel de vida y el 58% valora
la autoestima u orgullo nacional.
Sólo un 44% considera mejor la
seguridad (ley y orden) y un 53%
responde que la sanidad ha em-
peorado respecto a los años del
comunismo.
En sólo cuatro países de los 17 in-
cluidos en el estudio la mayoría
de los entrevistados cree que los
hijos vivirán mejor que sus padres
y los cuatro son Estados del Este:
Ucrania, Lituania, Polonia y la Re-

i


POR
FELIPE
SAHAGÚN


pública Checa, por este orden.
Felipe González, el primer jefe de
Gobierno que felicitó a Helmut
Kohl el 9 de noviembre (lo cuenta
el entonces ministro español de

Al caer el Muro, la ‘pax soviética’ que había disputado el


control mundial a Occidente se diluye y EEUU se ve obligado


a buscar nuevas estrategias para justificar su hegemonía


en las instituciones, el cuestiona-
miento del orden multilateral li-
beral y las derrotas de los parti-
dos tradicionales. «Los nuevos
medios aceleran todas estas ten-
dencias con respuestas simples a
problemas complejos», añadió,
«pero hemos comprobado que no
hay leyes de validez universal ni

9 /11/ 89:
Jóvenes en
el Muro.
ROBERT
WALLIS

dente soviético parecían dar la ra-
zón al Fin de la Historia anuncia-
do por Francis Fukuyama en la
edición del verano del 89 de Na-
tional Interest», afirmaba el em-
bajador alemán en España,
Wolfgang Dold. «Treinta años
después, es difícil sentirse opti-
mista», añadía con los últimos da-
tos de Freedom House. «La demo-
cracia, que entre 1989 y 2005 se
extendió y reforzó, se ha estanca-
do o está en retroceso». Según los
índices que desde 1972 publica
anualmente Freedom House, el
mejor año para la democracia fue
2005 y desde entonces las liberta-
des políticas y civiles no han deja-
do de empeorar a nivel global.
Entre las causas principales,
Dold destacó la respuesta de la
Administración Bush y de mu-
chos otros países –aliados y com-
petidores– a los atentados terro-
ristas del 11-S y a otros zarpazos
del terrorismo yihadista, la crisis
financiera («que Fukuyama ni se
imaginó»), la desigualdad cre-
ciente, la pérdida de confianza
del electorado en sus dirigentes y

Hoy, hemos


entrado en nuevas


y más peligrosas


carreras de


armamento por la


difuminación de la


frontera entre lo nuclear


y lo convencional, y por los


riesgos derivados de la


revolución tecnológica


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M U R O D E B E R L Í N


EL MUNDO. VIERNES
8 DE NOVIEMBRE
DE 2019

P A P E L P Á G I N A 4

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