El Mundo - 21.10.2019

(Steven Felgate) #1

P A P E L


HOJA Nº (^38) LUNES 21 DE OCTUBRE DE 2019EL MUNDO.
C I E N C I A
llegado el momento de
diseñar pensando en los
humanos».
El hábitat de Hassell está
concebido para que los
futuros colonos se sientan
de algún modo
«marcianos». Un escudo de
regolitos, con fragmento de
rocas y granos minerales, lo
protege de las radiaciones y
de las pavorosas tormentas
de arena. «Todo está
concebido siguiendo los
principios de máxima
reutilización de los recursos
de la economía circular»,
advierte De Kestelier, que
cede el testigo a Christopher
Raeburn, con su colección
Nuevos Horizontes,
diseñada con material
reciclado y mantas solares.
Nos encontramos, por
cierto, en el Museo del
Diseño de Londres, que ha
arrojado la casa por la
ventana para imaginar
cómo sería la vida en Marte,
con la contribución de
Norman Foster, de Elon
Musk, de la ESA, de la
No se está del todo mal
viviendo en Marte,
reclinado en una silla larga
de plástico reciclado,
degustando una ensalada
fresca de nuestros cultivos
hidropónicos y relajando la
mirada en esa sucesión de
arcos terrosos y burbujas
semitransparentes e
inflables que brillan como
luciérnagas. Lejos queda
aquella lucha desesperada
contra los elementos de
Matt Damon en El
Marciano; la vida en el
planeta rojo no tiene por
qué ser estricta
supervivencia...
«Se puede construir una
casa bella y confortable en
Marte», certifica el
arquitecto Xavier de
Kestelier, en medio del salón
del hábitat marciano
imprimido en 3-D con el que
la firma Hassell participó en
un concurso de la NASA.
«Casi todos los diseños
espaciales han sido hasta
ahora meramente
operativos o funcionales; ha
NASA, de astronautas,
astrofísicos o geólogos que
han aceptado el desafío.
«Como museo estamos
interesados en el futuro
emergente, y en cómo
diseñar para el espacio
puede ayudarnos a diseñar
para la Tierra», advierte
Justin McGuirk, comisario
de la exposición Moving to
Mars. «Habrá quienes se
planteen que puede ser un
ejercicio futil, con todos los
retos a los que nos
enfrentamos en estos
tiempos críticos. Pero
quizás la desolación de
Marte nos ayude a evitar el
mismo destino en nuestro
planeta».
«El diseño nos hace
repensarlo todo, nos abre
las puertas a las
posibilidades», advierte
McGuirk. «Y qué mayor
desafío para un diseñador
que crear las condiciones de
habitabilidad en un planeta
hostil... Acabamos de
celebrar el 50 aniversario de
la llegada a la Luna, y
estamos entrando en la
nueva era espacial. La
próxima parada es Marte».
Después del viaje a Luna,
nada ha disparado más la
imaginación de los
humanos que la conquista
de Marte. La gran diferencia
es que nuestro satélite está a
tiro de piedra: poco menos
de 400.000 kilómetros,
apenas tres días de viaje.
Marte se acerca como
mucho a 52 millones: un
periplo estimado entre siete
u ocho meses.
El primer gran reto es el
viaje, con referencia a The
Mars Project (1953) de
Wenher Von Braun, que
imaginó el envío no de una
nave solitaria al estilo de la
cápsula Orion, sino de una
auténtica flota de 10 cohetes
y 70 tripulantes. Elon Musk
ha rescatado parcialmente
esa idea con el proyecto
Starship, una gigantesca
nave de acero con
capacidad para 40
tripulantes, y con el objetivo
utópico de enviar a los
primeros humanos al
planeta rojo en el 2024.
Como anticipo, en 1965,
llegó el viaje de la Mariner 4
que obtuvo por primera vez
imágenes directas del
planeta rojo, seguido al cabo
de una década por las
primeras misiones
robóticas. Por gentileza del
Curiosity y del Opportunity,
el Museo del Diseño ofrece
a los visitantes la inmersión
multisensorial On Mars
Today, incluido el olor
arcilloso del perfume
marciano Utopia Planitia,
creado por Nicolas
Bonneville. El ExoMars de
la ESA hará entre tanto las
delicias de los más
pequeños recreando la
odisea de los rovers en el
planeta rocoso.
Los diseños interiores de
las primeras naves
espaciales rusas, obra de
Galina Balashova, compiten
con los de los de las
estaciones espaciales de
Raymond Loewy. Los
exotrajes de Anna Talvi,
diseñados para mantener
activos los músculos incluso
en reposo, flotan sobre la
mesa espacial de gravedad
cero, diseñada por
Konstantin Grcic.
Supervivencia da título al
espacio más espectacular de
Moving to Mars,
consagrado a la adaptación
de los humanos al planeta
inhóspito. Y así hasta llegar
al futuro inminente, con la
propuesta provocadora de
Alexandra Daisy Ginsberg
(Wilding Mars) simulada
por ordenador: «¿Y si en vez
que enviar humanos a
Marte colonizáramos el
planeta con cianobacterias,
hongos, líquenes y plantas
resistentes a ambientes
hostiles para que la vida
tomara una dirección
diferente? Lograr que Marte
fuera habitable serviría para
probar que podemos
resucitar también la vida
en la Tierra».
Adaptación a un entorno hostil.
El Museo del Diseño de Londres plantea
cómo sería una posible vida futura en
el planeta rojo con la ayuda de figuras
como Norman Foster, Elon Musk y
distintos especialistas de la ESA y NASA
EL RETO DE
IMAGINAR Y
‘DISEÑAR’ LA
VIDA EN MARTE
POR CARLOS
FRESNEDA LONDRES
Exposición. Varios detalles
de la muestra, que plantea
nuevas propuestas de
diseño para adaptarse a
un entorno inhóspito
como el de Marte. / THE
DESIGN MUSEUM

Free download pdf