Historia Spain - 09.2019

(Sean Pound) #1
SUS INTEGRANTES, CAPTADOS EN EL PROPIO MOSSAD O
EN LAS UNIDADES DE ÉLITE DE LAS FUERZAS ARMADAS,
SIGUEN LAS ÓRDENES DEL PRIMER MINISTRO

Junto a estas líneas,
Adolf Eichmann,
detenido por el
Mossad en Argentina
en 1960 y juzgado y
condenado a muerte
en Israel. En torno a su
figura, Hannah Arendt
trazó uno de los
clásicos de la filosofía
del siglo XX, Eichmann
en Jerusalén, Un
informe sobre la
banalidad del mal. El
teniente coronel de
las SS fue uno de los
“cerebros” del
transporte de las
víctimas del
Holocausto. Abajo, el
individuo en su
juventud.
En la otra página,
arriba, la Ciudad Santa
de Jerusalén y, abajo,
el primer ministro de
Israel, David Ben-
Gurión, entregando
una Menorah al
presidente Truman.


“bayoneta”. Colocaron al frente a Michael
Harari, uno de los personajes más aprecia-
dos en ese momento en el servicio secreto,
que había participado en la lucha militar para
conseguir su propio estado. Posteriormente,
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había trabajado activamente y con éxito en
el Mossad.
Sus integrantes, captados en el propio
Mossad o en las unidades de élite de las fuer-
zas armadas, supieron desde el principio que
no iban a ser pistoleros de una banda dedica-
da a pegar tiros a su conveniencia, sino que
cada una de sus acciones estaría autorizada
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Aunque el Kidon siempre ha estado en-
cuadrado en el Mossad, su funcionamiento
ha estado al margen. Está distribuido en
pequeñas unidades de 12 agentes, cuyos
nombres nadie conoce, con un campo de
entrenamiento particular, en el que practican
permanentemente tácticas militares y civiles
para secuestrar y asesinar en territorios hosti-
les, hasta que son requeridos para una misión
concreta. Se les instruye mentalmente para
que sean conscientes de que su trabajo es vital
para implementar los objetivos de disuasión
e intimidación contra los que llevan a cabo
acciones contra Israel.
Estamos delante de una unidad que no
participa, ni lo ha hecho en su larga historia,
en ningún aspecto de la toma de decisiones
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ese primer momento en 1963, es el comité
de los servicios de inteligencia el que recibe


la información sobre los terroristas que pue-
den ser eliminados. Son siempre gente que
empuña las armas o los dirigen, pero nunca
políticos que hablen de política.
El comité analiza la información obtenida
sobre lo que consideran objetivos peligrosos y
la posibilidad de llevar a cabo una acción en
el extranjero para asesinarlos. Si lo ven claro,
preparan el informe oportuno y se lo pasan
al primer ministro, que siempre por escrito,
para que no haya dudas, tiene que autorizar
la acción. En toda la historia de Israel, ni un
solo primer ministro ha dejado de autorizar
alguna acción a los Kidon.

Solo en ese momento comienza la plani-
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especializados del Mossad, que dejan la eje-
cución al Kidon, que puede tardar días, meses
o incluso años en llevarla a cabo. Dependerá
de la información obtenida sobre el objeti-
vo y el momento adecuado para asesinarlo
o secuestrarlo. En sus cerca de 60 años de
vida, tras cada una de sus acciones la reacción
del gobierno ha sido siempre la misma: ni
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frecuencia recibieron y reciben públicamente
de muchos países les importan poco y hay
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